En su lecho de muerte, Socorro, la mujer que ha cuidado de Valeria desde que nació, le revela que ella no es su verdadera madre, sino una mujer llamada Dulce María Ríos. Valeria promete encontrarla, pero es injustamente acusada de complicidad en un robo cometido por su amiga, la Jenifer, en la casa del abogado Sebastián Montesinos. Durante el atraco Valeria salvó a Camilia, la hija de Sebastián, y con el testimonio de éste, ella queda libre y ambos se enamoran. Lucrecia del Sol, una empresaria de fama nacional, conoce a Sebastián y queda impresionada con él. Entonces surge una rivalidad entre Lucrecia y Valeria por el amor de Sebastián. Varios secretos e intrigas comienzan a revelarse y podrían serla clave para conciliar una historia manchada por el engaño y la sangre.