Si eres propietario de un vehículo eléctrico (EV, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos podrías enfrentar costos más altos en los próximos meses. Varias regiones decidieron implementar un sistema de tarifas adicionales para estos coches, con el argumento de que no contribuyen al mantenimiento de carreteras como lo hacen los autos de gasolina.
Mientras Vermont duplicó el costo de registro de estos automóviles, otros estados, como Texas, ya aplican tarifas de hasta 200 dólares al año. Además, en el Congreso se debate la posibilidad de imponer un impuesto federal a los dueños de EVs, lo que podría hacer aún más costosa su adopción.
Tener un vehículo eléctrico ahora será más caro
En Vermont, los dueños de EVs ya deben pagar 178 dólares al año por su matrícula, el doble de lo que cuesta registrar un vehículo de combustión interna. Este estado se unió a otros 39 que ya implementaron tarifas similares para compensar la reducción de ingresos por impuestos a la gasolina, utilizados para financiar carreteras y puentes.
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Mientras que en Texas la tarifa anual de EVs es de 200 dólares, en Hawái es de tan solo 50. Por el lado de Washington, se ha agregado recientemente una “tarifa de electrificación del transporte”.
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Aunque algunos grupos ambientalistas consideran justo que los conductores de autos eléctricos contribuyan al mantenimiento vial, también advierten que estas tarifas pueden desincentivar la compra de vehículos más limpios.
¿Un impuesto nacional para los dueños de EVs?
El Congreso, con mayoría republicana, considera la posibilidad de establecer una tarifa federal para los vehículos eléctricos. El objetivo es reforzar el Fondo Fiduciario de Carreteras, que depende del impuesto a la gasolina y podría enfrentar un déficit financiero en el 2027 si no se encuentran nuevas fuentes de ingresos.
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Sin embargo, algunos expertos denuncian que las tarifas estatales y la posible tasa federal no buscan solo equilibrar las finanzas, sino que podrían estar diseñadas para castigar a los propietarios de EVs. A medida que más estados aplican estos cargos, la transición hacia un transporte más sostenible podría volverse más costosa para los consumidores.
