En el desierto de Texas, un complejo único, construido sobre las ruinas de un pueblo fantasma, ahora está en el mercado. Durante décadas, su creador ha transformado este rincón en un refugio especial, decorado con muebles y objetos de todo el mundo.
Hoy, ha llegado a la venta, y lo que antes era un sueño aislado ahora se ofrece por 2.5 millones de dólares. Con varios edificios que sirvieron como Airbnb y espacios para huéspedes, este lugar ha logrado una mezcla de historia, cultura y modernidad que atrae a quienes buscan algo fuera de lo común.
Este enclave de carácter especial lleva el nombre de Villa Terlingua. La oferta entrega una oportunidad única de poseer una parte del desierto texano, donde el pasado y el presente se entrelazan en una creación hecha a mano.
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¿Quién fue la persona que adquirió el complejo de Texas?
La mujer detrás de la transformación de este icónico complejo es Cynta de Narváez. Cuando llegó a Terlingua, en 1991, para trabajar como guía del río, algo en el lugar la cautivó profundamente.
En sus propias palabras, “me hizo algo… sabía que volvería”. Después de estudiar arqueología y regresar a la ciudad, se enteró de que una ruina local estaba en venta. Por solo 2,500 dólares, compró el terreno en 1996, sin saber aún la magnitud del cambio que traería.
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En ese momento, Terlingua era conocida por ser un pueblo fantasma. La mina de cinabrio había cerrado en la década de 1940, y la ciudad había sido casi abandonada. A pesar de su aspecto desolado, de Narváez vio una oportunidad.
Para ella, transformar el lugar era “su forma de arte”. A lo largo de los años, con mucho trabajo y dedicación, convirtió la propiedad en una obra majestuosa que reflejaba no solo su visión personal, sino también la evolución del lugar. “He estado jugando sin supervisión durante 29 años”, comentó, orgullosa de su trabajo.
¿Cómo es esta obra de Texas?
Cynta de Narváez transformó lo que era un simple corral de cabras en una obra única. Su primer alquiler es el más pequeño y privado, mientras que la casa principal, construida sobre una antigua ruina, fue diseñada con su conocimiento en arqueología para adaptarse al clima extremo de Texas.
El tercer alojamiento, la casa azul, fue construido con bloques de adobe hechos a base de materiales reciclados como guías telefónicas. Además, De Narváez construyó su propia casa, un espacio que refleja su estilo personal y el paisaje que la rodea, con vistas espectaculares al Big Bend National Park.
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Con un enfoque en la vida al aire libre, diseñó el lugar para disfrutar del entorno natural. Desde el 2012, comenzó a ofrecer sus propiedades en Airbnb, lo que permitió a muchos experimentar la magia de Villa Terlingua, un verdadero refugio en el desierto del Estado de la Estrella Solitaria.