En la sociedad moderna, el consumo de comida procesada se ha vuelto una opción común y conveniente para muchas personas. Sin embargo, detrás de su accesibilidad y sabor tentador, se esconden una serie de riesgos para la salud que pueden ser preocupantes si se convierte en un hábito diario.
Desde el impacto en la salud física hasta las implicaciones en la salud mental y los costos a largo plazo, es importante comprender los efectos que puede tener el consumo frecuente de este tipo de alimentos en nuestro bienestar general.
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¿Cuáles son los desafíos del sector salud actualmente?
Una médica, sobre la comida procesada
La Dra. Pauline José, experta en medicina familiar, explicó a HuffPost que la comida procesada incluye cualquier alimento o materia prima que ha sido alterada de alguna manera. Según su definición, el procesamiento abarca una variedad de acciones como lavar, cortar, calentar, pasteurizar, fermentar, salar y ahumar. Cada proceso modifica la materia prima original y la convierte en un producto procesado.
José distinguió entre los “buenos procesados”, que incluyen alimentos enriquecidos con nutrientes como la vitamina D en la leche, y los alimentos ultraprocesados, como helados y pizzas congeladas, que contienen aditivos y químicos. Recomendó evitar los alimentos ultraprocesados, sugiriendo que es mejor inclinarse por opciones más naturales y menos manipuladas.
La experta señaló que muchos productos comunes, como el pan blanco, se consideran alimentos procesados. Sugirió revisar las etiquetas en búsqueda de términos como “enriquecido” para identificar estos alimentos.
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José subrayó la importancia de preparar alimentos en casa con ingredientes frescos, ya que estos no están procesados y son una opción más saludable. Sin embargo, si es necesario comprar alimentos envasados, aconsejó leer detenidamente las etiquetas y evitar aquellos con ingredientes poco familiares o difíciles de pronunciar.
Además, alertó sobre la presencia de dióxido de titanio en algunos envases de alimentos, utilizado como conservante, pero que puede tener efectos negativos en la salud intestinal.