En una controvertida medida para frenar la inmigración ilegal, Texas instaló un alambre de púas en su frontera con Nuevo México, lo que generó tensiones entre las autoridades. Greg Abbott, el gobernador republicano del Estado de la Estrella Solitaria, anunció que triplicaría las barreras fronterizas para impedir la entrada ilegal.
Por su parte, la gobernadora demócrata de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, calificó el accionar de Abbott como un “truco político” que no solucionará los problemas de inmigración del país. Además, señaló que las autoridades texanas parecieran ignorar la importancia de la relación entre ambos estados y la industria compartida.
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La respuesta de Nuevo México a Texas por el alambre de púas en la frontera
Lujan Grisham no dudó en calificar la medida como algo innecesario e ineficaz. Además, subrayó que este tipo de acciones es solo una búsqueda de obtener rédito político por parte del gobernador de Texas.
Según indicó, el verdadero problema es la falta de un acuerdo bipartidista en Washington para abordar la crisis migratoria de manera más efectiva. En sus declaraciones, instó a los republicanos del Congreso a dejar de retrasar los pactos que podrían brindar soluciones estructurales al sistema actual.
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Esta no es la primera vez que Texas instala barreras en su frontera con Nuevo México. En octubre del 2022, Abbott tomó medidas similares tras argumentar que los migrantes desviados de El Paso cruzaban primero a suelo neomexicano antes de ingresar al suyo.
La operación Lone Star y la estrategia de Texas
La instalación del alambre de púas es parte de la operación Lone Star, una iniciativa multimillonaria liderada por Greg Abbott para controlar la frontera. Para ello, Texas destinó más de 11 mil millones de dólares en medidas de seguridad, que incluyen el despliegue de miles de soldados, la construcción de muros fronterizos y el transporte de migrantes a otras ciudades del país.
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A pesar de las críticas, Abbott defiende su política al argumentar que su gobierno asumió la responsabilidad que, según él, el gobierno federal dejó de lado. Aunque las tensiones con Nuevo México podrían no ser ideales dado la industria de petróleo compartida que ambos estados poseen en la Cuenca Pérmica
