Un pueblo fantasma ubicado en el condado de Inyo, California, hizo que las autoridades del estado norteamericano comenzaran a prestar atención a este antiguo lugar minero que quisieron revivir, pero que hoy es visitado por la inédita población que mantiene durante todo el año: un hombre y su perro.
Inseguridad en Baja California afecta industria turística
A unas 150 millas (241 kilómetros) al noreste de Bakersfield, se encuentra Ballarat, una localidad que en la actualidad está completamente abandonada, pero tiempo atrás fue un destino fundamental para los mineros, dado que allí había puntos estratégicos para la búsqueda de oro. Esta actividad logró que, entre otras cosas, el pueblo llegara a tener tres hoteles, una escuela y siete cantinas, aunque siempre con un escaso número de residentes.
Fundada oficialmente en 1896, su auge no fue tal como se esperaba y en menos de 10 años, cuando la minería en el pueblo comenzó a finalizar, los escasos habitantes que tenía decidieron mudarse a ciudades cercanas que contaban con mayores servicios.
Te puede interesar: El pueblo fantasma entre Texas y Nuevo México que supo ser una parada obligatoria de todos los viajeros
Para 1917, Ballarat ya era considerado un pueblo fantasma: la oficina de correos había cerrado, los hoteles habían desaparecido, las escuelas habían cerrado sus puertas y las cantinas no tenían clientes.
¿Cómo está hoy Ballarat?
Aunque durante algunas décadas los funcionarios del condado intentaron revivir esta ciudad con distintas inversiones, no lograron su objetivo. En la actualidad, según el último censo, esta localidad es vigilada por una sola persona, llamada Roger, quien atiende la única tienda que quedó en funcionamiento.
Te puede interesar: La ciudad de Estados Unidos donde más español se habla está en California
Sin embargo, turistas y residentes de ciudades vecinas suelen visitar Ballarat para hacer campamentos, conocer el antiguo cementerio, sacarse fotos con algunos restos de edificios y, también, conversar con el único habitante del pueblo.
