Galveston, la joya costera de Texas , se ha convertido en el centro de atención de observadores de aves y curiosos por igual. En sus paisajes de playas serenas y humedales vibrantes, un visitante inesperado ha causado revuelo. Una rara especie neotropical ha transformado este rincón del Golfo en un destino imperdible.
El fenómeno no es casualidad. Dania Sánchez, vicepresidenta de la Sociedad Audubon del Triángulo Dorado, relata cómo esta ave de plumaje amarillo pálido y exótica procedencia despertó la pasión. Este misterioso visitante ha desatado un frenesí de viajes y cámaras entre quienes buscan un vistazo de su elegante figura.
Más allá de la emoción ornitológica, este episodio refleja el singular atractivo de la región. Este puerto marítimo combina naturaleza, historia y cultura en un equilibrio perfecto, al invitar a todos a explorar sus encantos mientras descubren el asombroso mundo que rodea sus costas.
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El animal que deslumbra en Galveston, Texas
El caracara de cabeza amarilla, avistado recientemente en la isla de Galveston, ha cautivado a entusiastas de la naturaleza por su singularidad y belleza. Aunque Texas es hogar del caracara crestado, conocido como águila mexicana, esta versión más pequeña y pálida es un visitante extraordinariamente raro en la región.
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Originario del sur de Costa Rica hasta el norte de Argentina y Uruguay, presenta un plumaje amarillo beige con una delgada línea ocular oscura y bandas marrones en la cola.
A diferencia de su pariente crestado, carece del sombrero negro y la piel facial descubierta que lo caracteriza, lo que resalta su aspecto delicado y exótico.
El entusiasmo por capturar una fotografía de esta asombrosa especie
El martes 17 de diciembre, su aparición nuevamente en Galveston emocionó a los observadores de aves. Cerca de la entrada del Parque de Casas Rodantes Dellanera, un grupo esperanzado buscaba al raro visitante. Dania Sánchez, quien estaba a más de 965 km (600 millas) al oeste, viajó al sureste para unirse a la búsqueda.
“Comenzamos a buscarlo a las 7 a.m.”, contó Sánchez. La niebla dificultó la tarea, pero a las 10:30 a.m., con binoculares, localizó al caracara en un poste de luz junto a un minigolf.
Avisó a otros, como Tena Gardiner y Jeff Sexton, quienes lograron verlo también. “Nunca había visto a tantos adultos jubilosos”, dijo Gardiner, describiendo el avistamiento como un “regalo especial”.
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El avistamiento del caracara en Texas dejó una marca especial en quienes tuvieron la suerte de admirarlo. Un recordatorio de que las maravillas de la naturaleza pueden aparecer cuando menos lo esperamos, al traer alegría y conexión.