En San Diego, California, los residentes conducen menos hoy de lo que lo hacían antes de la pandemia de Covid-19, una peculiaridad que contrarresta con una tendencia en aumento en el resto del país. Este descenso en la actividad motriz es parte de un esfuerzo deliberado de los líderes locales para reducir la huella de carbono de la ciudad.
Desde la primavera del 2019 hasta ahora, San Diego fue una de las áreas metropolitanas con la mayor disminución en distancias diarias recorridas. Mientras que en otras grandes zonas urbanas del país las millas por vehículo per cápita aumentaron un 12.3%, cayeron un 10% en esta y otras ciudades del Estado Dorado.
Resina mexicana: una oportunidad única de crecimiento sostenible
Las claves para esta tendencia a la baja en San Diego, California
Las autoridades de San Diego promovieron políticas en los últimos años, mediante las cuales fomentaron un desarrollo urbano más denso y sostenible, en lugar de expansiones que requieran mayor dependencia de vehículos. Esto como respuesta a un mandato estatal del 2006 que exige una reducción del 19% en las emisiones para el año 2035.
Te puede interesar: Atención a este cambio al renovar la licencia de conducir en California
Una de las estrategias clave fue incentivar el uso del transporte público y la bicicleta, junto con la expansión de infraestructuras peatonales. Además, en noviembre, los votantes decidirán sobre una medida para aumentar los impuestos y financiar mejoras en el transporte público, para ofrecer alternativas más accesibles.
Desafíos políticos y económicos para la reducción en la conducción de California
Un intento de imponer un cargo por conducir fue desechado después de generar polémica, a pesar de ser considerado una solución para acelerar la transición hacia una movilidad más limpia. Más allá de la disminución en las millas recorridas por vehículo, la actividad económica en San Diego superó los niveles del 2019.
Te puede interesar: VIDEO: así fue el secuestro de un autobús en Los Ángeles
Esto muestra que es posible mantener un crecimiento económico mientras se reducen las emisiones de carbono. Por ello, San Diego se convirtió un ejemplo de cómo las ciudades pueden enfrentar el desafío del cambio climático sin sacrificar su desarrollo económico.