Tal como habían advertido días atrás los meteorólogos expertos, el huracán Beryl arrasó este lunes con varias ciudades de Texas y dejó graves consecuencias, como al menos cuatro muertos y tres millones de hogares sin luz. Las inundaciones severas ocasionadas por lluvias torrenciales y vientos de aproximadamente 140 kilómetros por hora hicieron que las carreteras se transformaran en ríos y destrozaron líneas eléctricas, al arrojar árboles sobre casas, autopistas y vehículos.
Esta tormenta que azotó al Estado de la Estrella Solitaria, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés), fue de categoría 1 y se convirtió en depresión tropical. Las autoridades anunciaron que, a medida que avanza hacia el Medio Oeste, amenaza con provocar más inundaciones y tornados a lo largo de su trayectoria. Sin embargo, lo que también causa preocupación en los habitantes es la ola de calor prevista para esta semana, que crea condiciones peligrosas para quienes trabajan al aire libre o sin refrigeración adecuada debido a estos cortes de luz.
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Para martes y miércoles está vigente una advertencia de calor para el sureste de Texas, donde los índices de calor (una medida de cómo se siente el cuerpo bajo el calor y la humedad) podrían alcanzar los 40º C (105º F) y se pronostican temperaturas máximas de hasta 32º C (90º F) en toda la región. Por su parte, el NWS en Houston dijo que “la falta de refrigeración adecuada combinada con muchas personas al aire libre limpiando después de Beryl podría producir condiciones de calor peligrosas”.
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¿Qué pasará con la electricidad después del paso de Beryl por Texas?
El presidente de la Comisión de Servicios Públicos estatal, Thomas Gleeson, expresó que restaurar el suministro eléctrico a la población más afectada será una tarea de varios días. En ese sentido, los funcionarios de la ciudad costera de Galveston estimaron que podrían pasar hasta dos semanas antes de que se restablezca la electricidad.
La empresa de servicios públicos de Texas CenterPoint Energy fue la más afectada por los cortes, con alrededor de 2 millones de clientes sin luz el lunes por la noche. Aunque la compañía se había preparado para el impacto de Beryl, dijo que el daño fue más grave de lo esperado: “La tormenta se desvió del curso esperado originalmente y afectó más a los clientes, los sistemas y la infraestructura de lo previsto anteriormente, lo que provocó cortes de energía a más de 2.26 millones de personas en su punto máximo”, explicaron.
Por su parte, el alcalde de Houston, John Whitmire, informó que CenterPoint y la ciudad son “plenamente conscientes” de lo necesario que es el restablecimiento de la electricidad. “Vamos a cuidar de cada comunidad, ninguna se ve favorecida sobre otra. Cada habitante es importante para nosotros. Devolveremos la energía lo más rápido posible”, prometió.
