Cuando piensas en una escapada de fin de semana en Carolina del Sur, seguro que Charleston es lo primero que se te viene a la cabeza. Pero espera, porque hay otro destino que combina historia, encanto sureño y una ubicación privilegiada sin las multitudes de la Ciudad Santa. ¿Intrigado?
Aquí, el río les da un toque pintoresco a las calles llenas de historia, mientras que los bosques y la costa están a un corto trayecto en auto. Suena ideal, ¿verdad? Pues bienvenido a Georgetown, la tercera ciudad más antigua del estado, un destino que lo tiene todo sin perder su esencia tranquila.
Es perfecta para un fin de semana sin prisas. Puedes pasear por su encantador distrito histórico, disfrutar de una cena junto al agua o aventurarte a explorar la naturaleza en los alrededores. Y lo mejor es que, a diferencia de sus vecinas más turísticas, aquí el ambiente sigue siendo sereno y auténtico.
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¿Por qué este pueblito es un plan genial para una escapada de fin de semana?
Llegar a Georgetown es muy fácil. Ubicada entre Charleston y Myrtle Beach, se accede fácilmente por la U.S. Route 17, una pintoresca carretera que bordea la costa de Carolina del Sur.
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Si vienes desde Charleston, el viaje en auto dura aproximadamente una hora y media hacia el norte; desde Myrtle Beach, es un trayecto de unos 45 minutos hacia el sur. Además, el Aeropuerto Internacional de Myrtle Beach está a menos de una hora en coche, lo que facilita el acceso para quienes prefieren volar.
Al llegar, te recibirán calles adornadas con robles centenarios cubiertos de musgo español, que ofrecen una atmósfera encantadora y relajada. El distrito histórico alberga más de 50 edificios que datan de los siglos XVIII y XIX, muchos de los cuales ahora son museos, tiendas de antigüedades y acogedores cafés.
Un fin de semana a pura diversión: ¿qué puedo hacer en Georgetown?
Entre las joyas que puedes descubrir se encuentra el Museo Marítimo de Carolina del Sur, que narra la rica historia náutica de la región. Para los amantes de la naturaleza, los cercanos Jardines Brookgreen cuentan con esculturas al aire libre y un refugio de vida silvestre en más de 9,000 acres (3,600 hectáreas) de antiguos terrenos de plantaciones.
Los aventureros de la navegación pueden embarcarse en un tour en bote por los pantanos de Winyah Bay, donde verás delfines, águilas calvas y hasta caimanes en su hábitat natural. Y si prefieres un plan más relajado, una jornada en las playas de Pawleys Island, a solo 20 minutos, es la mejor opción para disfrutar del mar sin el bullicio de destinos más concurridos.
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Por la noche, brilla con su oferta gastronómica. Disfruta de mariscos frescos en un restaurante junto al puerto, prueba el icónico gumbo sureño o simplemente relájate con un cóctel viendo el atardecer sobre el río.
