Poder mudarse a un pueblo que está muy cerca de una gran ciudad para muchos puede ser un golpe de suerte , ya que tienen la ventaja de vivir la experiencia citadina sin sufrir las consecuencias relacionadas con el tráfico o el alto costo de la vivienda. Esa precisamente es una de las virtudes de una pequeña localidad cercana a Austin, Texas, que es considerada como una de las mejores para residir.
Se trata de Johnson City, una histórica ciudad que se encuentra a tan solo 80 kilómetros al oeste de Austin (menos de una hora en coche) y es donde creció el expresidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson desde que tenía cinco años. Así lo reseña PODS en un reciente ranking, en el que destaca los 16 de los mejores pueblos pequeños de Texas.
La vida en este pueblo del Estado de la Estrella Solitaria se vuelve un total privilegio, ya que tiene un costo de vida más accesible en comparación con ciudades como Austin, Houston y Dallas. Además, en sus calles existe un fuerte vínculo comunitario, algo que no se consigue en una gran población.
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Johnson City es un poblado que durante muchos años fue principalmente un centro comercial ganadero y que tuvo un negocio turístico estable desde sus orígenes, según se explica en la página web oficial. Aunque el número de empresas se redujo de 20 en 1914 a siete en 1933, aumentó a 42 a mediados de la década de 1950, cuando se incorporó la ciudad.
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¿Qué tiene de especial Johnson City, en Texas?
Si algo destaca en Johnson City es la naturaleza. Es posible explorar los grandes parques como Pedernales Falls, el Parque Histórico Nacional LBJ o la Casa Rancho LBJ (también conocida como la Casa Blanca de Texas), un centro político a las afueras de Washington donde el presidente Johnson pasó su tiempo mientras estuvo en Texas.
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Las actividades locales al aire libre incluyen senderismo, ciclismo, camping y natación en el hermoso río Pedernales. Si buscas cultura, siempre hay un paseo artístico, una bodega donde se pueden probar los mejores vinos del estado o una galería para visitar en Johnson City.
