En el 2023, unos 180 millones de estadounidenses se enfrentaron a cálidas temperaturas durante los meses de verano que pusieron en alerta a las autoridades, pues decenas de personas fallecieron debido a las olas de calor. Y este año, con la aproximación de la temporada playera, los especialistas ya alertan sobre un escenario similar en varias partes de Estados Unidos.
El Servicio Meteorológico Nacional detalla en su pronóstico de mayo, junio y julio que las altas temperaturas volverán a unos 20 estados, incluidos Washington, Texas, Colorado y casi todo el noreste. Solo una pequeña parte de Alaska, al suroeste, registra probabilidades de experimentar un clima por debajo de lo normal.
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El clima ya está empezando a cambiar drásticamente hacia el calor desde los primeros días de mayo, y serán los estados de la costa este del país los que sentirán primero la llegada de las altas temperaturas. Es el caso de Texas, Florida, Nueva York, Pensilvania, Ohio y Michigan.
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Actualmente, el clima en Estados Unidos es diferente para cada costa, pues mientras que en el este permanecerá el calor por encima de lo normal, en algunos estados del oeste las personas aún deben salir a la calle con ropa abrigada.
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Los antecedentes a la ola de calor del verano
El año pasado una ola sin precedentes de temperaturas extremas calcinó el suroeste de Estados Unidos, especialmente en julio del 2023. Las temperaturas abrasadoras se mantuvieron en la región durante más de tres semanas, lo que contribuyó al retraso de los viajes aéreos y a muertes relacionadas con el calor.
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El desierto del suroeste es conocido por su calor, pero la duración de las temperaturas extremas en julio superó con creces los récords anteriores. Hasta el 26 de julio del año pasado, Phoenix había sufrido 27 días con temperaturas máximas por encima de los 43 °C (110 °F), rompiendo el récord anterior de 18 días seguidos, registrado en 1974. Para el 27 de julio, El Paso, Texas, había sufrido durante 42 días consecutivos temperaturas a 38 °C (100 °F) o más, lo cual representaba 19 días más que su récord anterior establecido en 1994.
La llegada del calor no descarta la presencia de lluvias, que se presentarán con mucha probabilidad en el sureste del país.