Desde que entró en vigencia la ley del aumento del salario mínimo para trabajadores de comida rápida en California, que incrementó de 16 a 20 dólares la hora, muchos restaurantes del rubro que respetaron esta normativa debieron tomar medidas extremas para solventar los gastos. Entre ellas, los recortes y ajustes en algunas áreas son las prácticas que más se están aplicando en los últimos meses.
Las empresas y pequeños comerciantes afectados revelaron que no fueron solo los empleados de nivel inicial los que obtuvieron un incremento salarial. Los jefes de turno, subgerentes y todos los demás superiores también tuvieron que recibir estos aumentos, lo que representa alrededor del 35% de sus costos. En ese sentido, el presidente y director ejecutivo de la Asociación de Restaurantes del estado dijo que las compañías sienten a la vez la presión del aumento de los alquileres y los precios de los alimentos. “Cuando los costos laborales aumentan más del 25% de la noche a la mañana, cualquier negocio con márgenes ya reducidos se verá obligado a reducir gastos en otros lugares. No tienen muchas opciones más allá de aumentar los valores, reducir las horas de operación o reducir el tamaño de su fuerza laboral”, explicó.
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Sin embargo, las autoridades comentaron que aún es demasiado pronto para determinar el impacto a largo plazo del aumento salarial y si habrá despidos o cierres generalizados. Según un estudio de la Universidad de California en Berkeley, cuando el Estado Dorado y Nueva York duplicaron su salario mínimo anteriormente a 15 dólares, en comparación con el nivel federal de 7.25 dólares por hora, el crecimiento del empleo continuó.
En los primeros dos meses después de la aprobación de la ley, que sucedió en abril, la industria habría ganado 8,000 puestos de trabajo, en comparación con el mismo período del 2023, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.
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¿Qué ajustes debieron hacer los comerciantes de comida rápida?
Lawrence Cheng, que con su familia tiene siete locales de Wendy’s al sur de Los Ángeles, tenía a cargo más de 10 empleados en el turno de la tarde en su ubicación de Fountain Valley, en el condado de Orange. Después de la ley, solo programa siete trabjadores para cada turno, mientras lucha por absorber un aumento en los costos laborales. “Recortamos lo que podemos. Programo una persona menos, luego entro para ese tiempo y trabajo esa hora”, dijo.
Por su parte, Juan Carlos Chacón, propietario de nueve Jersey Mike’s en Los Ángeles, explicó que si bien los clientes siguen ingresando a su local, ve que reducen su consumo: ni bebidas, ni papas fritas, ni postre. Dado que su negocio principal es el almuerzo, tuvo que achicar el personal por las mañanas y las tardes, además de recortar algunos empleados a tiempo parcial, al pasar de 165 en total a aproximadamente 145.
