Desde hace varios meses, las aerolíneas de vuelos low-cost en Estados Unidos se enfrentan a serios desafíos financieros. Tras la pandemia, estas compañías tuvieron diversas dificultades para recuperarse, principalmente por tener que lidiar con costos crecientes y menores márgenes de ganancias.
La empresa Spirit Airlines, por ejemplo, reportó pérdidas de 159 millones de dólares en el segundo trimestre de este año, y actualmente baraja la posibilidad de declararse en bancarrota. Otras aerolíneas también vieron reducidos sus ingresos de manera significativa, lo que puso en riesgo su capacidad de mantener operaciones regulares.
Las aerolíneas low-cost más afectadas
Varias aerolíneas se vieron forzadas a tomar decisiones difíciles, como la reducción de rutas o incluso el abandono de algunos aeropuertos. Este ajuste podría impactar directamente a los pasajeros, al limitar sus opciones de vuelo o al aumentar las tarifas en ciertas rutas.
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Si bien la mayoría de aerolíneas low-cost debieron afrontar desafíos económicos en este 2024, algunas fueron golpeadas más que otras. Entre las más afectadas, destacan:
- Spirit Airlines: eliminó 32 rutas, principalmente desde Boston y Dallas, y baraja declararse en bancarrota.
- Southwest Airlines: anunció su salida de cuatro aeropuertos, entre ellos el Aeropuerto Internacional de Bellingham en Washington y el Aeropuerto Intercontinental George Bush en Houston.
- JetBlue: debió suspender sus operaciones en ciudades como Bogotá, Quito y Kansas City, reduciendo significativamente su cobertura en América Latina.
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Estas decisiones son parte de una estrategia para reducir costos y mitigar el impacto de la subida en los precios del combustible y los salarios, que han aumentado más del 20% en comparación con los niveles previos a la pandemia.
¿Cómo afecta esto a los pasajeros de vuelos low-cost?
Para los viajeros, estos cambios pueden suponer varios inconvenientes. La reducción de rutas implica menos opciones de vuelo, lo que podría generar un aumento en los precios debido a la menor competencia en ciertos destinos.
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Además, la desaparición de servicios desde aeropuertos secundarios significa que algunos pasajeros deberán desplazarse más lejos para encontrar vuelos disponibles. Esto podría afectar tanto a su comodidad como a sus presupuestos de viaje.