La leche de almendra ha sido durante mucho tiempo la estrella en el mundo de las leches vegetales, ya que conquistó corazones con su sabor suave y su versatilidad en la cocina. Pero una nueva competidora podría destronarla. Los expertos destacan cada vez más los beneficios de una alternativa que no solo es deliciosa, sino que también presenta un alto contenido en fibra y proteína.
Se trata de la leche de pistacho, una bebida que gana popularidad rápidamente entre los amantes de la salud y el bienestar. Este elixir de tono verdoso ofrece un sabor distintivo y agradablemente cremoso, además de ser una excelente fuente de nutrientes esenciales.
Además, es rica en antioxidantes, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y mantener el cuerpo en equilibrio. Si buscas una bebida vegetal que te ayude a mantener una dieta sana y también te proporcione un sabor indulgente, esta podría ser tu nueva aliada en la cocina.
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¿Qué es mejor, la leche de pistacho o de almendra?
Ambas bebidas vegetales tienen sus ventajas, pero la elección entre la de pistacho y la de almendra depende de lo que busques en tu dieta. La leche de pistacho destaca por su mayor contenido en fibra y proteína, lo que la convierte en una opción más nutritiva para quienes desean un aporte extra de energía y saciedad. Además, su perfil de sabor es más cremoso y rico, un distintivo que la hace ideal para recetas donde buscas un toque indulgente.
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Por su parte, la leche de almendra es una excelente opción si prefieres un sabor más neutro y menos calórico. Es versátil y fácil de encontrar, pero si pretendes maximizar los beneficios nutricionales, la de pistacho podría ofrecerte un poco más en términos de valor alimenticio. Al final, la mejor opción será la que se adapte a tus necesidades y gustos personales.
¿Cómo hacer tu propia leche de pistacho?
Preparar la leche de pistacho en casa es más fácil de lo que piensas. Los pasos son:
- Remoja los pistachos:
- Toma 1 taza del fruto seco sin sal y colócalos en un recipiente con agua.
- Déjalos remojar durante al menos 4 horas o, mejor aún, toda la noche.
- Escurre y licúa:
- Escurre los pistachos y colócalos en una licuadora.
- Añade 3 tazas de agua filtrada y una pizca de sal.
- Licúa a alta velocidad durante 2-3 minutos, hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
- Cuela la mezcla:
- Utiliza una bolsa de leche vegetal o un paño fino para colar la mezcla.
- Asegúrate de exprimir bien para extraer toda la leche posible.
- Endulza y ajusta el sabor (opcional):
- Si lo prefieres, añade un toque de miel, jarabe de agave o una pizca de canela para endulzar la leche.
- Si lo prefieres, añade un toque de miel, jarabe de agave o una pizca de canela para endulzar la leche.
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Tips: usa pistachos frescos y sin sal para obtener el mejor sabor. Si prefieres una leche más espesa, simplemente reduce la cantidad de agua en la mezcla. Y no tires los restos del fruto seco, ¡puedes usarlos en recetas de repostería o como topping para yogurt!