Kim Kardashian ha vuelto a la Casa Blanca para defender la reforma penal, esta vez bajo la administración de Biden.
Kanye West, exesposo de Kim Kardashian, apoyó abiertamente a Donald Trump en su campaña presidencia de 2016. La estrella televisiva se reunió con el entonces ya presidente y pidió clemencia para Alice Marie Johnson, quien fue condenada a cadena perpetua en 1996 por cargos no violentos de drogas.
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Ahora Kim Kardashian se reunió con la vicepresidenta Kamala Harris y el director de relaciones públicas Steve Benjamin, e incluso con algunos antiguos reclusos que han sido indultados, para hablar de su labor en favor de la reforma penitenciaria.
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La fundadora de SKIMS participó en una mesa redonda, y la vicepresidenta quiso darle personalmente las gracias por usar su plataforma de una forma que arroja luz sobre la importancia de conceder segundas oportunidades.
La estrella de ‘Las Kardashians’ ha vuelto a pisar la sala donde su vida personal y su carrera profesional dieron un giro de 180 grados. Allí decidió que quería seguir los pasos de su padre y estudiar derecho, para que sus dos abogadas no tuvieran que traducirle todo lo que se decía a su alrededor porque no entendía demasiado de leyes.
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“Me siento muy honrada de estar aquí para compartir sus historias hoy, y creo que es muy importante compartirlas y amplificarlas porque hay muchas personas que están en su posición que pueden usar la inspiración”, ha asegurado Kim.