Cada año, la vuelta al horario de verano genera dudas sobre su impacto en el tiempo y el descanso. Este domingo 9 de marzo, la mayoría de los habitantes de Estados Unidos adelantarán sus relojes una hora como parte de este ajuste estacional, lo que reaviva el viejo debate sobre la utilidad de esta tradición.
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Este ajuste traerá días más largos, atardeceres más tardíos y, desafortunadamente, una hora menos de sueño para muchas personas. Aunque este cambio busca aprovechar mejor la luz solar, su impacto en el organismo no pasa desapercibido, así como tampoco la paridad de opiniones respecto al tema.
¿Una hora más o una hora menos con la vuelta del horario de verano?
Con la llegada del horario de verano, los relojes se adelantarán una hora, lo que significa que, cuando marquen las 2:00 a.m. del domingo 9 de marzo, pasarán directamente a ser las 3:00 a.m. Como resultado, se perderá una hora de sueño, pero se ganará más luz solar por la mañana.
Motivos por los que las personas se despiertan a las 3:00 de la mañana
En contraste, cuando regrese el horario estándar el domingo 2 de noviembre, los relojes retrocederán una hora, lo que permitirá “recuperar” ese tiempo de descanso. A pesar de que muchos dispositivos electrónicos ajustan la hora automáticamente, algunos relojes tradicionales o electrodomésticos requerirán una actualización manual.
Impacto del horario de verano en el sueño y la salud
Los expertos aseguran que el adelanto del reloj altera el ritmo circadiano. La exposición prolongada a la luz en las tardes puede retrasar la producción de melatonina (hormona del sueño) y provocar dificultades para dormir.
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Diversos estudios vincularon estos cambios con efectos en la salud, como aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, fatiga diurna y menor capacidad de concentración. Para minimizar el impacto, se recomienda adelantar progresivamente el momento de acostarse en los días previos al regreso del horario de verano.