Como todos los años, el condado de Miami-Dade analiza aproximadamente 320,000 muestras de agua para asegurar que los contaminantes regulados por la agencia de protección ambiental estén bajo los límites federales. Pero, a pesar de esa medida, las autoridades de Florida advirtieron a la población por la posibilidad de que este recurso en estos tiempos pueda no ser potable.
Para que el agua no esté contaminada, pasa por plantas de tratamiento que suministran grandes cantidades a más de 2 millones de hogares del condado. El director del departamento de Agua y Alcantarillado de Miami-Dade, Roy Coley, dijo que, como existen protecciones que prohíben el desarrollo urbanístico donde se encuentran sus pozos de agua, “casi no tienen contaminantes que remover” del agua que extraen el acuífero de Biscayne, pero siempre “están monitoreando el sistema para detectar cualquier problema”.
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¿Cuál es el problema con el agua en Miami-Dade?
El experto mencionó que comenzaron a revisar los reportes de agua potable de esta zona para ver “que tiene después de pasar por el proceso de tratamiento y antes de que llegue a cada casa”.
Según explicó Coley, cuando se extrae del acuífero y se envía al centro, se le agrega cal al agua como el primer paso para eliminar contaminantes completamente. “Es mucho más fácil evitar que las bacterias entren en el suministro de agua que permitir que lleguen allí y luego intentar expulsarlas”, dijo.
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La cal ayuda a ablandar este recurso, a purificarla y hacerla más cristalina. Luego, se utilizan desinfectantes como cloro y amoníaco, que juntos crean lo que se conoce como cloramina y protege el agua contra las bacterias.
Por último, el agua viaja a través de una serie de filtros para eliminar el resto de los químicos. Antes de enviarla a cada vivienda, se agregan dos químicos más: una pequeña cantidad de fluoruro y un compuesto para reducir la corrosión que ocurre cuando el agua viaja a través de las tuberías del sistema de distribución.
“Como las bacterias, metales pesados y otros químicos se pueden colar y filtrar a través de tuberías corroídas, potencialmente contaminando el agua que ya estaba limpia, los microbiólogos deben poner a prueba el agua varias veces antes de que llegue a ser consumida por las personas”, sentenció.