La crisis de agua en el sur de Texas se intensificó en el último tiempo, lo que generó una importante preocupación en su población respecto al suministro de agua, y derivó en que muchos señalen a México como el gran responsable. Sin embargo, un reciente análisis del tema determinó que la verdadera causa de la disminución del caudal en el Río Grande se encuentra más cerca de casa.
La investigación, a cargo de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) expuso que los dos principales reservorios internacionales que alimentan el Río Grande recibieron considerablemente menos suministros de fuentes estadounidenses en las últimas décadas. Además, detalló que entre el 2011 y el 2020, el flujo de agua hacia el embalse Amistad fue un 33% menor que durante la década de 1980.
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La diversificación de las fuentes de agua en Texas
María Elena Giner, comisionada de la CILA, resaltó la necesidad urgente de diversificar las fuentes de agua en la región. Actualmente, el 90% del suministro proviene del Río Grande, lo cual es insostenible si se consideran los niveles alarmantemente bajos de los embalses.
Amistad se encuentra actualmente al 19% de su capacidad y Falcon, al 12% de la suya. Las autoridades locales y estatales respondieron a esta crisis buscando fuentes alternativas de agua para asegurar un suministro constante y fiable, aunque sin mayores avances.
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Durante la última sesión legislativa, se creó finalmente el Fondo de Agua de Texas, con un presupuesto de mil millones de dólares destinado a mejorar los sistemas y financiar proyectos de conservación en todo el estado. Esto representa un paso crucial hacia la construcción de una infraestructura hídrica más sostenible en el largo plazo.
El tratado de 1944 entre Texas y México
Aunque la reducción del caudal de los afluentes estadounidenses es evidente, el cumplimiento del tratado de 1944 sigue siendo esencial. Este obliga a México a entregar una gran cantidad de agua a Estados Unidos cada cinco años. Actualmente, el país latinoamericano tiene un retraso considerable en este apartado.
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Las negociaciones entre la CILA y las autoridades mexicanas buscan fortalecer el cumplimiento del tratado. Se propone incentivar a México para liberar agua de sus embalses de manera más regular y desarrollar nuevas fuentes que aseguren un suministro más predecible y sostenible.