En una medida histórica, el presidente Joe Biden conmutó las sentencias de muerte de 37 prisioneros federales, incluidos siete reclusos de Texas, a tan solo un mes de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, quien prometió reanudar las ejecuciones federales. Estos individuos, todos condenados por asesinato, cumplirán cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional.
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Biden justificó su decisión en un comunicado al argumentar que no podía permitir que una nueva administración reinicie las ejecuciones que él detuvo. La medida se alinea con la moratoria sobre ejecuciones impuesta por su gobierno desde el 2021, excepto en casos de terrorismo y asesinatos masivos motivados por el odio.
Los condenados que se salvaron en Texas
Entre los reclusos cuya sentencia fue conmutada, se encuentran siete hombres de Texas, la mayoría condenados por asesinatos cometidos en prisiones federales:
- Shannon Wayne Agofsky: sentenciado por el asesinato de un prisionero.
- Christopher Emory Cramer: responsable del homicidio de un compañero de celda.
- Joseph Ebron: condenado por matar a otro interno en prisión.
- Ricky Allen Fackrell: implicado en el asesinato de un compañero en un penal federal.
- Edgar Baltazar García: apuñaló fatalmente a un prisionero.
- Julius Omar Robinson: culpable del asesinato de dos hombres en incidentes relacionados con drogas en Fort Worth.
- Mark Isaac Snarr: condenado por el apuñalamiento mortal de un compañero de prisión.
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El impacto de la decisión en Texas y lo que viene con Trump
El cambio llega en un contexto de tensiones políticas y éticas. Mientras Biden prioriza un enfoque más equitativo, el presidente electo Donald Trump prometió restablecer y posiblemente expandir la pena de muerte, no solo en Texas, sino en todo Estados Unidos.
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Con el regreso del neoyorquino a la Casa Blanca, el destino de los prisioneros federales que permanecen en el corredor de la muerte, incluidos los responsables de atentados y tiroteos masivos, podría cambiar drásticamente en el transcurso del 2025.
