La visita de Donald Trump a Allentown, Pensilvania, no fue recibida con los brazos abiertos por la comunidad puertorriqueña y latina de la ciudad. Desde la llegada del expresidente, las estaciones de radio locales, los negocios y las redes sociales estallaron con comentarios de disgusto hacia el candidato republicano.
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La molestia se debe, en gran parte, a los recientes comentarios ofensivos del comediante Tony Hinchcliffe, quien en el mitin político de Trump en el Madison Square Garden llamó a Puerto Rico una “isla flotante de basura”. Esta declaración indignó a la comunidad latina de Allentown, quienes lo vieron como un ataque a su identidad y sus raíces.
La indignación de los latinos hacia Trump
Víctor Martínez, dueño de cinco estaciones de radio en Pensilvania, dialogó con el medio USA Today y reveló que las llamadas de oyentes enojados saturaron las líneas de su programa. A través de estas, muchos residentes locales expresaron que “ninguna disculpa sería suficiente” para reparar el daño.
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Mientras tanto, el camión de comida de Yesenia Westerband se convirtió, de forma espontánea, en un sitio ideal para que los clientes compartieran su descontento. A su vez, las redes sociales se vieron inundadas de comentarios con duras críticas al tono y a la falta de respeto que la campaña de Trump mostró hacia la comunidad puertorriqueña.
Repercusiones políticas en un estado clave para Trump
Pensilvania, uno de los estados clave de cara a la contienda electoral, alberga una considerable población puertorriqueña, lo cual podría inclinar el resultado de una elección reñida. Para muchos residentes de Allentown, los comentarios de Hinchcliffe se han convertido en una razón de peso para reconsiderar su voto.
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En respuesta, Trump intentó minimizar la situación al afirmar que los comentarios del comediante no representan su postura. Sin embargo, en una ciudad con una gran proporción de votantes latinos, muchos residentes sienten que estas palabras son insuficientes.
