La ciudad de Chicago, en Illinois, se enfrenta desde el año pasado a una de sus amenazas más grandes en cuanto al cambio climático en su región. Las últimas inundaciones afectaron a miles de personas en el estado norteamericano, sin embargo, tanto las autoridades locales como federales no han creado un plan concreto para combatir esta catástrofe natural. ¿Cuál es su explicación?
Mientras el distrito de Estados Unidos espera que esta primavera sea más húmeda, el climatólogo Trent Ford dijo que es probable que las lluvias “continúen siendo más intensas” durante períodos más cortos y los lugares donde se originan estas inundaciones repentinas son menos predecibles.
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Un estudio realizado por la organización sin fines de lucro que investiga el riesgo climático First Street Foundation aseguró que actualmente Chicago ocupa el segundo lugar en el país por el mayor número de propiedades en riesgo de inundación. Este dato se desprende luego de que en julio del 2023 se produjera una de las tormentas más costosas en la historia de la ciudad, la cual proporcionó una visión preocupante sobre el futuro de sus territorios.
¿Qué están haciendo Chicago para combatir las inundaciones?
A través de un informe publicado por el sitio Proyecto Illinois Answers, se reveló que tanto Chicago como el condado de Cook son las regiones más comprometidas del estado en términos de riesgo de inundación en las próximas décadas. Según este relevamiento, tienen alrededor de 172,000 propiedades en riesgo sustancial de inundación, un número que se proyecta que crecerá alrededor del 10% para el 2053.
En ese sentido, el Distrito Metropolitano de Recuperación de Agua del Gran Chicago desarrolló planes para una nueva infraestructura contra las inundaciones para los lados sur y oeste. Pero la gerente del programa de vigilancia de inundaciones de la Oficina de Recursos Hídricos del estado, Terra McParland, sostuvo que, durante el 2022, el distrito actualizó su plan hídrico por primera vez en 35 años.
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Asimismo, McParland dijo que este era el primer año en que el plan discutía explícitamente el impacto del cambio climático y se centraba en la justicia social y ambiental, dadas las diferencias sociales en Chicago. Además, comentó que se espera que el plan estatal de agua se actualice cada 10 años.
