Desde el 2023 que en Florida los inmigrantes indocumentados tienen cada vez más miedo de ir a los hospitales cuando tienen una emergencia, una situación que puede replicarse en Texas, cuando en noviembre entre en vigencia una ley que puede cambiar las reglas del juego en la sanidad pública.
En mayo del año pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó una radical legislación que penaliza el traslado de inmigrantes sin estatus legal permanente al estado, invalida cualquier documento de identificación del gobierno de Estados Unidos que puedan tener y bloquea la posibilidad de que los gobiernos locales les proporcionen tarjetas de identificación.
Además, obliga a los hospitales de Florida que reciben Medicaid a preguntar a los pacientes sobre su estatus migratorio y las empresas que emplean a 25 o más personas deben verificar el estatus legal de sus trabajadores. Una normativa similar ahora aterra a los inmigrantes en el Estado de la Estrella Solitaria.
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La pregunta que deberán contestar los inmigrantes en Texas
El pasado 8 de agosto, el gobernador Greg Abbott emitió una orden ejecutiva con la que le pidió a la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas (HHSC, por sus siglas en inglés) recopilar información sobre los inmigrantes ilegales que utilizan los hospitales públicos de Texas para recibir atención de emergencia y para pacientes internados.
El objetivo de la medida, dijo Abbott, es que se informe sobre los costos de atención médica incurridos “debido a las imprudentes políticas de frontera abierta de la administración Biden-Harris” que les permita pedir un reembolso al gobierno federal.
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“Los tejanos no deberían tener que soportar la carga de apoyar económicamente la atención médica de los inmigrantes ilegales”, aseguró en ese entonces. Cabe recalcar que, independientemente del status legal, los centros médicos no deben condicionar la atención a los pacientes.
Hasta el momento, los profesionales de la salud de los hospitales públicos de Texas no preguntaban el estatus migratorio de sus pacientes, pero a partir del 1 de noviembre del 2024 deberán hacerlo.
Las experiencias en Florida que se temen en Texas
En los hospitales, los sanitarios ya están viendo cómo pacientes indocumentados evitan ir a los centros pese a sufrir emergencias.
Un ejemplo de ello es una mujer en Orlando que tenía dolor abdominal y que llamó a la línea de triaje, pero se negó durante tres días a acudir a los especialistas. Ella se resistió, según relató Associated Press, porque tenía miedo de la ley que obliga a los hospitales a preguntar si el paciente se encontraba en Estados Unidos con permiso legal.
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Líderes de organizaciones defensoras de derechos humanos temen que la norma que firmó Greg Abbott en Texas perjudique a la atención médica de inmigrantes indocumentados y recomiendan a los pacientes no contestar la pregunta.
