Los locales de comida rápida en Estados Unidos son una de las opciones más elegidas a la hora de comer afuera para algunos ciudadanos y esto se debe no solo a la instantaneidad, sino también a los precios más accesibles que en otros restaurantes. Sin embargo, un reciente estudio demuestra que los estadounidenses comenzaron a dejar de asistir a tiendas gastronómicas y esto preocupa significativamente al sector por sus severos efectos.
Un informe realizado por la empresa Kantar Worldpanel revela que hubo un descenso de al menos un 2% en el consumo fuera del hogar en el 2023. “Las cifras dibujan a un consumidor que sale menos a comer fuera y lo hace de una forma más planificada, para vivir cada salida como un momento especial que se disfruta en pareja, familia o con amigos”, explican. Pero este dato también indicó que la caída está atada de manera directa a la inflación.
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Esta situación que atraviesan varios locales gastronómicos en EU es alarmante además para la empresa multinacional Lam Weston, una de las líderes en el sector de fast food, que cuenta con cientos de franquicias en distintos países y que actúa como proveedor de McDonald’s y Yum! Brands. El negocio cerró un trimestre “decepcionante” y encarará un 2025 “desafiante”, según dijo su presidente y consejero delegado, Tom Werner.
La semana pasada, la compañía registró una fuerte caída en sus acciones, con un desplome del 28%. Sin embargo, no es la única empresa del rubro que enfrenta esta problemática: las acciones de Papa John’s cayeron también de manera drástica en lo que va del 2024, igual que The Wendy’s, Jack in the Box Dine Brands, pese al repunte durante los últimos días.
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¿Qué dicen los empresarios sobre la ausencia de clientes?
Werner señaló que “el entorno operativo ha cambiado con rapidez a lo largo de los últimos doce meses, dado que el flujo global en los locales y demanda se suavizó debido a que la inflación de los precios de los menús sigue afectando de forma negativa a la actividad mundial de los restaurantes”.
Llevado a EU, donde se concentra la gran mayoría de sus tiendas, el director vaticinó que habrá “un desequilibrio” entre la oferta y demanda y estimó que podría durar gran parte del 2025. Asimismo, aseguró que para combatir esta situación comenzaron a realizar “algunos ajustes operativos a corto plazo” para adaptarse, como un reescalonamiento de las inversiones, medidas decisivas en materia de costos y otras políticas orientadas a la productividad y la cadena de suministros, para volver a incentivar el consumo fuera del hogar.
