El pueblo de Mendocino, California, hoy conocido como un destino turístico tranquilo en el que destacan sus hermosas vistas costeras y galerías de arte locales, estuvo alguna vez en el centro de un capítulo único de la historia ambiental estadounidense. Descrito como “una de las hostilidades más extrañas de la década”, esta pequeña comunidad costera les declaró la guerra a dos potencias mundiales.
Este peculiar hecho, bautizado como la “Guerra de las ballenas de Mendocino”, destaca por ser un episodio atípico en el que una pequeña comunidad de tan solo 1,000 habitantes decidió enfrentar a Japón y la Unión Soviética. Descubre los detalles de esta increíble historia.
La historia del pueblo de Mendocino, California
A mediados y fines del siglo XIX, Mendocino se mantuvo económicamente estable como una pequeña ciudad maderera. Sin embargo, a principios del siglo XX, la industria atravesó una crisis y la ubicación relativamente aislada de la comunidad impidió que otras compañías se establecieran en la zona.
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A mediados de ese siglo, artistas, escritores y amantes de la cultura descubrieron el encanto de este pueblo, atraídos por su belleza natural y su bajo costo de vida. Así se convirtió en un enclave bohemio donde los residentes se oponían a un desarrollo urbanístico extensivo y trabajaban para proteger los espacios abiertos de la ciudad.
La “Guerra de las ballenas de Mendocino”, en California
A fines de la década de 1960 y principios de la de 1970, las exitosas campañas de protesta de los residentes llevaron a la creación del Parque Estatal Mendocino Headlands en 1972. Desde los acantilados de este, los visitantes pueden observar a las ballenas grises en su ruta migratoria.
En aquel momento, la caza comercial de ballenas por parte de países como Japón y la Unión Soviética había llevado a la presencia de este animal a niveles peligrosamente bajos. Rápidamente, y fiel a su historia, Mendocino decidió luchar por estas criaturas.
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En 1975 la comunidad tomó medidas luego de que Greenpeace compartió imágenes de su primer encuentro con un barco ballenero soviético. En ese momento, nació la Mendocino Whale War Association (MWWA), con la palabra “guerra” en su nombre.
Así se implementó una táctica doble en la costa. Primero: si la MWWA encontraba ballenas, intentaba asustarlas para interferir activamente con los barcos de la industria. Segundo: declararles la guerra a Japón y a la URSS al boicotear los productos de estos países.
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Pese a esto, el pueblo nunca entró en un conflicto bélico con estas potencias. Esto se debe a que la “guerra” declarada por Mendocino era más una forma de expresar su disconformidad sobre la problemática de la caza de ballenas, pero no tenía el respaldo de ninguna fuerza militar o gobierno, por lo que carecía de la capacidad de iniciar una batalla armada.
El legado de la guerra de Mendocino
Aunque la “Guerra de las ballenas de Mendocino” se ha desvanecido en gran medida de la memoria pública, el legado que dejó está muy vivo hoy en las calles, senderos y parques de la ciudad. La lucha por proteger a estas criaturas y el medio ambiente se convirtió en un elemento fundamental de la identidad de la comunidad que mantiene ese espíritu en la actualidad.
