Una nueva plataforma de viajes compartidos se abre hueco en Florida con una muy llamativa política que la distingue de sus competidoras, al ofrecerle a sus clientes la opción de solicitar conductores armados.
La empresa, denominada Black Wolf, fue fundada por Kerry KingBrown, un guardia de seguridad privado y ex alumno de la Universidad de Miami, que saltó a la fama por contar sus ideas a través de TikTok.
El proyecto comenzó en Atlanta en el 2023 y ahora opera con una flota de aproximadamente 25 vehículos distribuidos en varias ciudades del Estado del Sol, incluyendo importantes zonas como Miami y Fort Lauderdale.
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¿Cómo funciona el servicio de taxis con conductores armados en Florida?
A todos los usuarios que pidan un coche por medio de esta aplicación, se les da la opción de si desean solicitar un conductor armado o desarmado antes de comenzar la búsqueda del mismo. La propia empresa remarca que todos sus trabajadores deben tener al menos cuatro años de experiencia en fuerzas policiales, militares o de seguridad privada para garantizar el uso correcto de las armas.
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Además, todos los vehículos deben reglamentariamente estar equipados con cámaras frontales que deben permanecer encendidas durante el viaje, lo que le brindaría más seguridad a los pasajeros y a los propios chóferes.
En términos de costos, los traslados realizados por esta compañía son más caros que los servicios de las aplicaciones de viajes promedio. Esto es debido al componente de las armas, su mantenimiento y la preparación que deben tener los empleados.
La controversia detrás del negocio que se expande en Florida
La compañía se ha enfrentado a diversos desafíos regulatorios. El año pasado, en Georgia, un juez dictaminó que su fundador había comercializado la aplicación como una empresa de seguridad privada sin la licencia adecuada, emitiendo una orden de cese y desistimiento.
Esto le prohibía “participar en la práctica de la seguridad privada en Georgia”. Sin embargo, la cabeza detrás del proyecto aclaró que esta orden solo se aplicaba a su empresa de seguridad privada, y no así a la aplicación, que continuó operando sin demasiados inconvenientes.
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Ante la polémica en torno a este emprendimiento, KingBrown insistió en su empresa se encuentra en el rubro de la tecnología y no de la seguridad. Según él, los conductores están encargados de transportar de manera segura a los pasajeros, pero no están obligados a proporcionar servicios extras. “No es su trabajo salir y ponerse en riesgo”, aseguró.
