El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) identificó a más de 600 inmigrantes que podrían tener vínculos con el Tren de Aragua, la peligrosa pandilla venezolana que se afianzó en el país en el último tiempo. De esa gran cifra, se cree que al menos 100 podrían ser considerados como “sujetos de interés”.
Esta organización criminal, que ganó notoriedad por su violencia extrema, principalmente en el sur del territorio estadounidense, se originó en Venezuela y extendió sus operaciones a varios países. En respuesta, el DHS recomendó que estos 100 individuos sean incluidos en la Lista de Vigilancia del FBI, enfocada en organizaciones criminales transnacionales.
La expansión del Tren de Aragua
El Tren de Aragua comenzó en la prisión de Tocorón, Venezuela, y rápidamente extendió su influencia a lo largo de América Latina, con presencia en países como Brasil, Colombia, México y Perú. En Estados Unidos, la pandilla logró establecer redes en estados como Georgia, Texas, Colorado e Illinois.
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A pesar de que no se considera que todos los 600 inmigrantes identificados sean miembros activos de la pandilla, muchos de ellos serían familiares, víctimas o testigos de crímenes relacionados con ella. El DHS indicó que aquellos que sean confirmados como miembros serán sometidos a un proceso de deportación acelerada.
El objetivo es frenar la expansión de esta organización criminal en el suelo estadounidense. Por eso mismo, sería clave la colaboración con los agentes del FBI para acelerar las investigaciones correspondientes.
Repercusiones por el Tren de Aragua en la frontera sur
Desde Fox News apuntan a que el aumento en la actividad de la pandilla coincide con los masivos ingresos desde la frontera sur de Estados Unidos. Aunque cabe destacar que el flujo de migrantes disminuyó notoriamente desde su punto máximo en el mes de junio.
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La complejidad de rastrear a los miembros del Tren de Aragua se ve agravada por la falta de cooperación del gobierno venezolano, que no comparte datos con Estados Unidos y ya dejó de aceptar vuelos de deportación.