Estados Unidos se aproxima a una elección crucial este martes 5 de noviembre, con la problemática migratoria como uno de los puntos más importantes a tener en cuenta por los votantes. Tanto Donald Trump como Kamala Harris dejaron muy en claro sus posturas al respecto a lo largo de sus campañas, al punto de que en el país se habla de una mirada de deportación contra una de ciudadanías.
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Si bien los inmigrantes ilegales en suelo estadounidense no tendrán la posibilidad de ejercer su voto, está más que claro que serán algunos de los principales afectados por los resultados de la elección. ¿Qué futuro les deparará dependiendo del candidato que se imponga?
La política de deportación masiva de Donald Trump
Trump propone un enfoque agresivo basado en la deportación de más de 11 millones de extranjeros indocumentados. Su plan incluiría la expansión de los centros de detención del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) con un costo de implementación que podría superar los 315 mil millones de dólares.
¿Qué pasará en las elecciones de Estados Unidos con el voto latino?
Al referirse a la inmigración como una preocupante “invasión”, el candidato republicano (quien fuera presidente del 2017 al 2021) busca legitimar acciones ejecutivas sin supervisión judicial, es decir, por decreto. Esto representa una amenaza directa para aquellos con un estatus migratorio delicado y la posibilidad latente de que varias familias sean separadas.
La política de inmigración de Harris: ¿ciudadanías por sobre la deportación?
En contraste, la demócrata Kamala Harris propone una estrategia basada en el respeto. Su plan prioriza inversiones en seguridad fronteriza, pero también busca abrir vías legales hacia la ciudadanía para inmigrantes elegibles.
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La actual vicepresidenta también subraya la importancia económica de los inmigrantes, al destacar su papel fundamental en industrias como la agricultura y la construcción. Además, su enfoque promete estabilidad para los extranjeros indocumentados.
