Con la posesión de Donald Trump muy cerca, el miedo de los inmigrantes indocumentados está al límite en todo el país, desde Chicago a la frontera con México, pues temen que el mandatario cumpla con las medidas que prometió en campaña, especialmente la relacionada con las deportaciones masivas.
La inmigración fue uno de los temas de campaña de Trump y el 76% de los republicanos la describieron como una de las principales prioridades que el presidente debe abordar este año.
Y aunque desde el círculo republicano han señalado que las deportaciones se enfocarán en primer lugar en personas con antecedentes penales, los indocumentados quieren evitar ser blanco de estas políticas.
Donald Trump y su postura sobre la migración ilegal: un enfoque claro y contundente
El miedo de los inmigrantes indocumentados en EU
El temor a la expulsión cala incluso en migrantes que tienen varias décadas años en el país. David Cruseno, un hombre estadounidense que acude a la Iglesia Metodista Unida Lincoln en Chicago para orar, espera que no le pase nada a su madre, una indocumentada que lleva viviendo en el país por 30 años.
“La amenaza es muy real. Está muy viva”, dijo en una entrevista a la BBC. “Con la llegada de la nueva administración, es casi como una persecución”, agregó.
Del otro lado de la frontera, en Texas, el miedo es aún mayor, ya que ese estado ha estado en el foco de los comentarios relacionados con la inmigración ilegal, pues ha sido la puerta de entrada de muchos indocumentados.
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Los residentes de zonas cercanas al sur, en cambio, ven con buenos ojos la futura posible medida. “La inmigración es esencial... pero de la manera correcta”, dijo el residente David Porras, ganadero, agricultor y botánico.
Como Porras, muchos habitantes del Valle del Río Grande de Texas dicen estar cansados de la irrupción inesperada de inmigrantes en sus territorios.
¿Cómo será el plan de deportación?
Tom Homan, el “zar de la frontera” de Trump, señaló a miembros de la Cámara de Representantes que “moderen sus expectativas” para la operación de deportación inicial de la administración entrante por posibles “recursos limitados”, dado que dependerá de los fondos disponibles para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que históricamente cuenta con problemas presupuestarios.
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Homan y los legisladores republicanos están utilizando los niveles actuales de financiación de la administración para elaborar un plan dirigido a entre 1 y 2 millones de inmigrantes indocumentados que son elegibles para la expulsión lo más rápido posible, ya que actualmente hay alrededor de 1.4 millones de personas con órdenes de deportación definitivas.