Una banda criminal, denominada “Grupo Sudamericano de Robos”, sembró el pánico en diversas ciudades de Estados Unidos, desde California hasta Nueva York, según informaron las autoridades locales. En un reciente caso en Long Island, la pandilla utilizó sierras para ingresar a una joyería tras cortar el techo de una tienda contigua.
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Los criminales, que en su mayoría son inmigrantes ilegales provenientes de Chile y Venezuela, usaron bloqueadores de radio para evitar que la policía interceptara sus comunicaciones. Aunque fueron arrestados rápidamente, la falta de fianza les permitió evadir la vigilancia.
El modus operandi del Grupo Sudamericano de Robos
El grupo es conocido por sus robos bien planeados y métodos inusuales, además de por haber extendido sus operaciones a varios estados. La banda se destaca por el uso de distintas estrategias como ocultar cámaras de vigilancia en arbustos ocultos en California.
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Los delincuentes también ganaron popularidad por atacar diversos hogares de familias adineradas en Colorado, tras estudiar sus movimientos por varios días. Las autoridades expresaron su frustración ante el sistema judicial que permite que estos sospechosos continúen libres tras ser arrestados, pese a los cargos graves de robo y vandalismo.
Críticas al sistema judicial y a las políticas migratorias por la ola de robos
El reciente caso de Long Island generó fuertes reacciones, especialmente del ejecutivo del condado de Nassau, Bruce Blakeman. En recientes declaraciones, señaló que la falta de medidas efectivas en las políticas migratorias y judiciales facilita la impunidad.
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Con la elección del presidente Trump y el nombramiento de Tom Homan como “zar de la frontera”, Blakeman espera que los cambios en políticas migratorias refuercen el control sobre los inmigrantes ilegales que cometen delitos en los Estados Unidos. A su vez, diversas autoridades locales solicitaron a los legisladores estatales actuar con rapidez ante los desafíos de seguridad pública que plantean estas bandas organizadas.