El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está muy cerca de regresar a la Casa Blanca para comenzar su segunda gestión y ya tiene intenciones de reactivar el programa para inmigrantes “Permanecer en México”, que causa opiniones cruzadas en el país. ¿De qué se trata?
A pocos días de que se convierta nuevamente en el mandatario estadounidense, el republicano junto a legisladores de la Cámara de Representantes empezaron a dialogar sobre la posible vuelta de un polémico proyecto, que fue una de las políticas migratorias más criticadas por los opositores durante su primer mandato.
Sin embargo, lejos de tener en cuenta los comentarios en contra, Trump intentará volver a aplicar esta medida para asegurar la frontera, con una idea que se implementó originalmente en enero del 2019.
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¿Qué sugiere el proyecto “Permanecer en México”?
En principio, esta política requería que los migrantes que buscaban asilo en la frontera suroeste de EU esperaran sus procedimientos de inmigración en México. Actualmente, el representante Brandon Gill, republicano por Texas, lidera el esfuerzo de volver a aplicarla, según publicó el medio Fox News Digital.
“El pueblo estadounidense le dio al presidente Trump y a los republicanos un mandato para asegurar la frontera, y el Congreso debe aprobar esta ley como un primer paso para protegerla y solucionar los problemas que los demócratas crearon en nuestro país”, dijo Gill.
La actualización de esta medida implicaría que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) restablezca estos protocolos, con la intención de que todos los extranjeros aguarden en el país vecino.
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ACLU, en contra del regreso de esta política migratoria
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) había asegurado en su momento que esta política “engañosamente denominada Protocolos de Protección a Migrantes” creó un “desastre humanitario en la frontera” e incluso fue objeto de muchas demandas presentadas por ellos mismos.
No obstante, sus defensores argumentaron que es “una de las únicas soluciones viables” para ayudar a las ciudades y pueblos fronterizos estadounidenses, dado que muchos han visto sus infraestructuras sobrecargadas por el volumen de personas que cruzan ilegalmente o buscan asilo.
