La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca preocupa a millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos, ya que temen ser parte de las deportaciones masivas que prometió el magnate durante la campaña electoral. Según datos, al menos 11 millones de extranjeros se encuentran en el territorio sin estatus legal, por lo que muchos podrían ser blanco de estas nuevas medidas que el republicano planea implementar.
Sin embargo, el equipo cercano al presidente electo ha señalado que la prioridad serán los inmigrantes con antecedentes penales y que no se intentará expulsar a personas que se encuentren dentro de las escuelas o templos religiosos.
¿Qué deberían hacer los inmigrantes?
Abogados especialistas en inmigración aconsejan que ante todo las personas guarden la calma y poco a poco empiecen a prepararse para lo que podría venir.
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Lisa Graybill, del Centro Nacional de Derecho de Inmigración, dijo a CNN que es vital para los inmigrantes tener planes establecidos. “No creo que nadie pueda asumir que está a salvo de las propuestas (de Trump), a menos que tenga una base legal para estar en este país”, señaló.
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Además, recomienda que los inmigrantes se reúnan con sus abogados e intenten encontrar una vía para poder cambiar su estatus a legal, que obtengan otros documentos legales como licencias de conducir y que establezcan qué hacer en caso de que algún miembro de la familia sea detenido.
¿Qué pasará con los migrantes legales?
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) ha advertido que cientos de miles de inmigrantes con protecciones legales temporales podrían perderlas. Además, creen que el discurso de las deportaciones masivas podría llevar a que se realicen arrestos que no tienen sustento legal.
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Por esta razón es que la organización considera que es indispensable que los migrantes lleven una prueba de su estatus legal y documentación que demuestre cuánto tiempo han permanecido en Estados Unidos.
