El mundo del cine se ha acostumbrado a ver a Andrew Garfield encarnar a héroes en la pantalla grande. Sin embargo, detrás de la imagen de superhéroe, el actor británico ha revelado estar atravesando una profunda reflexión sobre la vida y el paso del tiempo.
El actor ha reconocido que esta crisis existencial le ha llevado a explorar nuevos caminos y a buscar experiencias más auténticas.
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Andrew Garfield experimenta crisis de los 40
El actor de 41 años luchaba con la pérdida de su madre Lynn debido al cáncer de páncreas en 2019 cuando le ofrecieron su papel en la nueva película, ‘El tiempo que tenemos’ y admitió que conectó instantáneamente con los temas de la cinta debido a sus propias experiencias.
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Así lo dijo a la revista británica ¡HOLA!: “Estaba atravesando un viaje personal con mi propio dolor. Estaba entrando en una crisis de mediana edad y me estaba tomando un descanso de todo. Pensaba en la vida y la muerte, en el amor y la existencia, en mirar hacia atrás y hacia delante, en preguntarme qué hacemos aquí en este planeta y cómo le damos el mayor sentido posible. Fue una ligera crisis de los cuarenta y ahora continúa: estoy justo en medio de ella. Pero no pasa nada. Creo que todos tenemos que pasar por la crisis de los cuarenta. Es una experiencia positiva de desmontar y volver a montar. Cuando leí el guión, pensé: ‘Oh, esto es una versión del interior de mi propio corazón’”.
A pesar de sus dificultades, el actor de ‘Hacksaw Ridge’ ha encontrado consuelo en muchos aspectos de su vida.
Indicó: “Siento que cuando he estado en el corazón de mi dolor, han sido los seres queridos los que me han guiado y cuidado. Y no sólo eso, sino también la naturaleza, el arte, la literatura, el cine, el teatro y la creatividad de otras personas. Siento como si alguien me tendiera la mano a través del tiempo y el espacio y me dijera: ‘Yo también, no estás solo. Esto es universal. Es una de las cosas más hermosas que los seres humanos pueden hacer por los demás. Para mí, este proceso no fue como desenterrar viejas heridas, fue muy curativo. De hecho, sentí que me ayudaba a mantenerme cerca de la verdad de mi dolor, la verdad de mis anhelos, la verdad de mis alegrías. Fue algo hermoso y sanador”.