El centro de Estados Unidos quedó nuevamente en la mira de las duras tormentas, a raíz de una alerta climática por una amenaza de mal tiempo latente. La semana pasada, la región ya se había enfrentado a severas condiciones meteorológicas.
Desde Nebraska hasta Texas, una franja de territorio está en alerta máxima por tormentas peligrosas que se espera que se intensifiquen a lo largo del jueves. El viernes, el riesgo podría llegar a extenderse aún más, cubriendo también un área de Iowa.
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Un antecedente muy cercano
Este pronóstico preocupante llega justo pegado a una serie de eventos climáticos extremos que azotaron esta zona en los últimos días, dejando a su paso daños considerables y desplazando a comunidades enteras.
Según informó el Servicio Meteorológico Nacional (NWA, por sus siglas en inglés), se está realizando un análisis de los daños causados por una tormenta de granizo y fuertes vientos que azotó la ciudad de Rock Hill, en Carolina del Sur, el pasado sábado.
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Estos informes preliminares sugieren que el granizo alcanzó un tamaño de pelotas de tenis y destrozó todo a su paso, incluyendo viviendas y vehículos. A esto se sumaron vientos destructivos que agravaron aún más la situación.
Para evitar que esto vuelva a suceder, las autoridades locales preparan diversos protocolos que puedan proteger a sus ciudadanos.
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De esta forma, las comunidades del centro de los Estados Unidos se encuentran seriamente afectados por los fenómenos climáticos que frecuentan la zona.
El cambio climático, ¿detrás de todo?
Los científicos y los meteorólogos expertos han señalado que esto tiene un fuerte vínculo con la contaminación y el cambio climático, y que debe haber un intento de concientización por parte del gobierno.
Según apuntaron, solo a través de una colaboración y un compromiso real con el medio ambiente podrían prevenirse este tipo de fenómenos.
