Un grupo de agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) detuvo a un hombre en el sur de Florida tras una operación encubierta que reveló su implicación en la venta de opioides sintéticos altamente peligrosos. El acusado operaba en el área de West Palm Beach, donde vendía su mercancía.
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La estrategia de los agentes permitió identificar la peligrosidad de las sustancias distribuidas y frenar su propagación en la comunidad. Conoce todos los detalles de esta gran operación que permitió identificar y desmantelar una peligrosa red de contrabando.
El operativo encubierto de la DEA en el sur de Florida
La DEA inició una investigación sobre las actividades de Blake Kolessa, conocido en el ambiente criminal como Draco, por ser sospechoso de distribuir drogas sintéticas en el área de West Palm Beach. Distintos agentes encubiertos realizaron múltiples compras controladas de píldoras que, según el vendedor, contenían ciertas sustancias.
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Sin embargo, los análisis en el laboratorio revelaron que las píldoras contenían metonitazeno y N-desetil isotonitazeno, opioides sintéticos con una potencia significativamente mayor que el fentanilo. La DEA advirtió que estas sustancias, promovidas por redes delictivas internacionales, han desplazado a drogas tradicionales como la heroína.
La sentencia para el traficante capturado por la DEA en Florida
Alfonso K., de 27 años y residente de la ciudad floridana de Greenacres, fue arrestado y acusado de posesión con intención de distribuir sustancias controladas. El pasado 10 de diciembre del 2024, el juez federal Donald M. Middlebrooks lo sentenció a 180 meses de prisión, seguidos de cinco años de libertad supervisada.
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Kolessa admitió vender miles de píldoras prensadas que contenían metonitazeno, N-desetil isotonitazeno y metanfetamina entre enero y junio del año pasado. Además, se le incautaron más de seis kilogramos de polvos y píldoras que contenían fentanilo, protonitazeno y N-pirrolidino protonitazeno.