Machu Picchu, una de las maravillas del mundo moderno, fue escenario de un trágico suceso que ha conmocionado a todos. Un turista mexicano de la tercera edad, perdió la vida mientras intentaba capturar el momento perfecto en este emblemático sitio arqueológico peruano. Dicho esto, a continuación, te compartimos los detalles.
Turista mexicano muere tras caída en Machu Picchu
Según informes del Ministerio de Cultura de Perú, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, el fatídico incidente ocurrió aproximadamente a las 8:30 horas. Aunque el comunicado oficial emitido el pasado 2 de agosto, no proporcionó detalles específicos sobre las circunstancias del fallecimiento, fuentes locales indican que el turista intentaba tomarse una ‘selfie’ cuando cayó desde una altura de al menos dos metros.
Una ambulancia iba a atender una emergencia y se volcó en el camino
¿Quién era el turista mexicano que murió por una selfie en Machu Picchu?
El turista fue identificado como Blas Luna Gonzales, un ciudadano mexicano de 72 años de edad, quien de acuerdo a dicho comunicado, presentaba condiciones médicas preexistentes. Cabe señalar que, hasta el momento, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, no ha emitido información adicional sobre el fallecido o las circunstancias que rodearon su visita a Perú.
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¿Dónde está ubicado Machu Picchu?
Cabe señalar que Machu Picchu se encuentra en la región de Cusco, Perú, encaramado en una montaña a unos 2,430 metros sobre el nivel del mar. Construido en el siglo XV por el emperador inca Pachacútec, este impresionante complejo arqueológico fue abandonado un siglo después, posiblemente debido a la conquista española.
Permaneció oculto al mundo exterior, hasta su redescubrimiento en 1911, por el explorador estadounidense Hiram Bingham. La ciudad inca se divide en dos sectores principales: el agrícola, con sus terrazas y acueductos, y el urbano, que alberga templos, plazas y viviendas.
Las estructuras están construidas con granito blanco, utilizando la técnica de “ashlar”, donde las piedras se tallan meticulosamente para encajar, sin necesidad de mortero, lo que demuestra la avanzada ingeniería y arquitectura de la civilización inca.
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