El cáncer es una enfermedad autoinmune que confunde el cuerpo, provocando que las células comiencen a multiplicarse sin control y se disipen a lo largo del organismo, provocando la aparición de masas anormales que comúnmente reciben el nombre de tumores. Pese a que este padecimiento puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, el cáncer de esófago es de los tipos más comunes debido a que esta parte del cuerpo está constantemente expuesta a factores de riesgo.
Algunos factores de riesgo que pueden detonar esta enfermedad son el sobrepeso, el consumo de alcohol, tabaco, personas con trastornos alimenticios como la anorexia, mala alimentación o que han sido diagnosticadas con alguna enfermedad que cause reflujo crónico o espontáneo.
La única forma de obtener un diagnóstico preciso para determinar si se trata de cáncer o alguna otra enfermedad autoinmune, es con una prueba de laboratorio, pero hay algunos síntomas que pueden ser una señal de alerta.
¿Cómo saber si tengo cáncer?
El cuerpo humano es la máquina más perfecta del mundo y no tarda en avisarnos cuando alguna de sus partes presenta averías, presta atención a estas señales que podrían delatar la presencia de cáncer:
- Dificultad para tragar.
- Acidez estomacal.
- Dolor, presión o ardor en el pecho.
- Tos y ronquera.
- Pérdida de peso.
Así podemos prevenir el cáncer de esófago
Todas las personas estamos expuestos a sufrir una mala pasada del destino y aunque no existe una fórmula que nos asegure al 100% estar a salvo de esta enfermedad, puedes disminuir el riesgo de contraerla si haces alguna de las siguientes prácticas:
- Dejar de consumir alcohol y tabaco.
- Llevar una dieta balanceada rica en frutas y verduras.
- Cuidar nuestro peso.
- Evitar la ingesta de bebidas calientes.
