La vida laboral puede ser muy absorbente y demandante, de ahí que se vuelva agitada y llena de estrés; sin embargo, esto podría tener consecuencias a la larga y más adelante no habrá trabajo ni dinero que sea capaz de pagar nuestras enfermedades y padecimientos, tal es el caso del síndrome de Burnout.
¿Qué es el síndrome de Burnout?
De acuerdo con Mayo Clinic, el síndrome de Burnout puede describirse como el desgaste o agotamiento laboral, el cual es un tipo especial de estrés relacionado con el trabajo, un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro o pérdida de la identidad personal.
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Es probable que todos en alguna vez hayamos experimentado esto en el trabajo y, aunque parezca normal, no lo es, menos si se vuelve algo constante pues podría ser una red flag de que las cosas no marchan bien.
Por ello debes tomar cartas en el asunto y actuar lo antes posible ya que el síndrome Burnout se va expandiendo hasta que afecta tu salud física y mental.
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¿Cuáles son sus síntomas?
Este síndrome puede desarrollarse cuando estamos en un entorno laboral tóxico y extenuante donde sentimos que estamos “estancados”. Cuando nos sometemos a intensos niveles de estrés, carga excesiva de trabajo, relaciones laborales conflictivas, puedes sufrir estrés crónico que podría convertirse en Burnout.
Los principales síntomas de este síndrome son la depresión y la ansiedad, pero no los únicos. Estos son otros:
- Comportamiento agresivo
- Sentimiento de cansancio, fracaso e impotencia
- Autoestima baja
- Dificultad para concentrarse
- Dolor de cabeza
- Insomnio
- Bajo rendimiento
- Aburrimiento
- Comunicación deficiente
- Irritabilidad e impaciencia
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¿Cómo prevenir el síndrome de Burnout?
Una de las principales formas para prevenir el Burnout es la actitud. Siempre es posible crear un ambiente laboral sano y respetuoso, para ello es necesario tener apertura y externar lo que sucede y así buscar alternativas o ayuda laboral.
El Burnout es real y, aunque muchas personas lo normalizan, es una red flag a la que debes prestarle atención. Si estás en un puesto que no te gusta, con compañeros tóxicos o tienes un jefe demasiado exigente, quizá sea tiempo de dar un paso al costado y buscar otras opciones.
