En estas festividades de diciembre, donde las mesas rebosan de manjares deliciosos, es común experimentar una sensación de pesadez y somnolencia después de las comidas o cenas. Esta conocida molestia, popularmente llamada el “mal del puerco”, no es solo una excusa para echarse una siesta post-festín, sino una realidad fisiológica que afecta a muchos.
Este curioso término proviene del comportamiento de los cerdos, quienes se entregan a banquetes voraces y luego se sumen en un profundo sueño. En los humanos, esta sensación se debe al aumento de la glucosa en la sangre, después de una comida copiosa. Pero, ¿cómo evitar caer preso de este mal durante las festividades?
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¿Cómo evitar el mal del puerco?
Para empezar, saltarse el desayuno es un error. Los alimentos matutinos preparan al cuerpo para el resto de la jornada, evitando que te lanzes vorazmente sobre los banquetes de la tarde. Además, es fundamental moderar las porciones y evitar los alimentos azucarados, ya que estos pueden exacerbar la sensación de cansancio.
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Si quieres disfrutar de las festividades sin sucumbir al mal del puerco, opta por alimentos cocidos al vapor o a la plancha, en lugar de frituras grasientas. Durante la comida, inclina la balanza hacia las verduras en lugar de las proteínas. Comer sin prisas también es clave; la digestión será más eficiente si te tomas tu tiempo.
Así mismo, el agua natural debe acompañarte durante todo el día. Beber suficiente contribuye a una mejor digestión y te ayuda a evitar el exceso de calorías. Además, fracciona tus comidas: pequeñas porciones varias veces al día, mantienen la energía sin sumirte en la somnolencia post-festín.
¿Qué hacer si ya me dio mal del puerco?
Ahora, si el mal del puerco ya ha llamado a tu puerta, no te preocupes. Después de comer, da un paseo corto para estimular la digestión y evita caer en la tentación de una siesta inmediata. Opta por alimentos ligeros como ensaladas o frutas, y acompaña con agua o infusiones digestivas, como el té de menta o manzanilla. Evitar el alcohol y la cafeína también puede marcar la diferencia.
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