Las mascotas suelen ser un refugio emocional para sus dueños, pero estudios recientes muestran que el estrés humano en los perros también puede generar consecuencias significativas. Según un estudio realizado por la Queen’s University de Belfast, en Irlanda, los altos niveles de estrés en los dueños pueden reflejarse en sus perros, aumentando su frecuencia cardíaca y generando un estado de ansiedad compartido.
Lo anterior sucede porque los perros tienen la capacidad de experimentar contagio emocional, un fenómeno que los lleva a reflejar las emociones de sus dueños, especialmente en situaciones nuevas o estresantes.
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Consecuencias del estrés humano en los perros
Los investigadores del estudio equiparon a perros y dueños con monitores de frecuencia cardíaca, descubriendo que los cambios emocionales de los dueños influyen directamente en el estado físico y emocional de los perros. Además, se encontró que la frecuencia cardíaca de los canes disminuye a medida que se adaptan a nuevos entornos, lo que resalta la importancia de darles tiempo para aclimatarse a espacios desconocidos, como las clínicas veterinarias. Este proceso no solo mejora la precisión de los exámenes físicos, sino también reduce el estrés en ambos.
¿Qué recomiendan para reducir el impacto del estrés humano en los perros?
Los perros pueden mostrar signos de estrés como esconderse, ladrar excesivamente, salivar, adoptar posturas tensas o incluso intentar escapar. Reconocer estos comportamientos es clave para intervenir a tiempo y evitar que el estrés humano en los perros tenga un impacto prolongado. Según los expertos, implementar métodos para reducir el estrés de los dueños, como técnicas de relajación o una mejor preparación emocional en entornos desafiantes, beneficia tanto a los humanos como a sus mascotas.
En conclusión, este vínculo emocional tan estrecho demuestra que el bienestar de los dueños y sus perros está interconectado, subrayando la importancia de cuidar ambos aspectos para garantizar una convivencia saludable y armoniosa.
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