Ducharse antes de dormir es una práctica común en muchas personas; pero, ¿qué significa bañarse en las noches según los expertos? La respuesta va más allá de la higiene personal y tiene beneficios tanto fisiológicos como psicológicos. Según diversos especialistas, este hábito puede influir directamente en la calidad del sueño y el bienestar general, transformándose en una herramienta poderosa para relajar cuerpo y mente antes de descansar. A continuación, te explicaré lo que los profesionales dicen al respecto y cómo aprovechar al máximo este ritual nocturno.
¿Cuál es el significado de bañarse de noche?
Para la Dra. Sheryl R. K. Watts, la temperatura corporal juega un papel crucial en el ciclo del sueño. Bañarse con agua caliente eleva la temperatura del cuerpo, lo que provoca un aumento en la circulación sanguínea. Al salir del agua caliente, el cuerpo comienza a enfriarse, y este enfriamiento envía señales al cerebro para iniciar el descanso, facilitando así la conciliación del sueño.
Este proceso contribuye a una noche más reparadora y mejora la calidad del descanso, ayudando a las personas a dormir de manera más profunda y continua, según explica la experta a TN. Por otro lado, Andrea H. Nichols, terapeuta y coach de bienestar, destaca que “la ducha nocturna puede ser una forma de autocuidado muy eficaz”.
Además de sus beneficios fisiológicos, este hábito proporciona una sensación de renovación y frescura, lo que permite a las personas desconectar emocionalmente del estrés del día. Bañarse por la noche se convierte en un espacio personal para resetear el cuerpo y la mente, dejando atrás las tensiones acumuladas durante el día. Esto, a su vez, mejora el bienestar general, promoviendo un estado mental más tranquilo antes de dormir.
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¿Cómo potenciar los efectos de los baños nocturnos?
Ahora que ya conoces los beneficios de bañarse de noche, si quieres maximizar los efectos relajantes de este ritual, El Tiempo sugiere algunos consejos prácticos.
- Elegir un horario fijo cada noche: Establecer una rutina nocturna es clave para regular el reloj biológico y ayudar al cuerpo a asociar este momento con el descanso.
- Usar agua tibia en lugar de caliente: El agua tibia es ideal para no resecar la piel, lo que también puede ayudar a mantener un equilibrio adecuado en la temperatura corporal sin causar incomodidad.
- Agregar aceites esenciales, como lavanda: Incorporar este elemento en el agua de la ducha puede intensificar la sensación de relajación. La lavanda, en particular, es conocida por sus propiedades calmantes y su capacidad para reducir la ansiedad.
Por último, aunque el principal objetivo de bañarse por la noche es la higiene personal, este hábito también tiene un impacto significativo en la salud mental. Se ha comprobado que la ducha nocturna ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que favorece un estado de relajación previo al sueño. Así que, si buscas disminuir tu ansiedad y lograr un descanso más profundo, incorporar este hábito es una excelente opción para mejorar tu bienestar.