Tener ganas de ir al baño es un proceso normal de nuestro cuerpo y es esencial hacerle caso para mantener una buena salud. Sin embargo, la frecuencia con la que queremos ir depende de diversos factores, pero ¿sabes qué le pasa a tu cuerpo si te aguantas las ganas de ir al baño?
Cabe mencionar que se considera normal orinar hasta 7 veces al día y, esto de acuerdo con Blanca Madurga, miembro de la Asociación Española de Urología (AEU). Así mismo, señaló que el excesivo consumo de líquidos podría aumentar la frecuencia con la que vamos al baño.
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La experta destacó lo nocivo que resulta aguantarse las ganas de ir al baño, subrayando que la orina no es un líquido estéril. Almacenarla de forma excesiva y por un tiempo prolongado puede generar el crecimiento de bacterias, lo que aumenta significativamente el riesgo de contraer infecciones urinarias.
Madurga asegura que aguantarse las ganas de ir al baño hasta el límite, conlleva un sobredistensionamiento del reservorio vesical, esto genera una presión adicional en sus estructuras.
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De igual forma, asegura que es imposible entrenar la vejiga, sobre todo a una edad adulta, ya que este proceso comienza desde edades tempranas.
¿Por qué no debes aguantarte las ganas de ir al baño?
Si te aguantas las ganas de ir al baño, especialmente si se trata de la necesidad de orinar o defecar, puedes experimentar algunos efectos en tu cuerpo. Aquí hay algunas consecuencias de retener las ganas de ir al baño:
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- Distensión de la vejiga: Si retienes la orina, la vejiga se distiende para acomodar la acumulación de líquido. A largo plazo, esto puede afectar la capacidad de la vejiga para contraerse de manera eficiente, y en casos extremos, puede aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario.
- Estreñimiento: Si retienes las heces, el agua de las heces se absorbe gradualmente en el colon, lo que puede llevar al estreñimiento. Además, retener las heces con frecuencia puede afectar negativamente la función normal del intestino y contribuir a problemas digestivos.
- Presión en la región pélvica: Al retener la orina o las heces, puedes experimentar presión en la región pélvica, lo que a veces se asocia con molestias o dolor.
- Riesgo de infecciones: Retener la orina puede aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario, ya que la acumulación de líquido en la vejiga proporciona un entorno propicio para el crecimiento bacteriano.
- Daño al músculo del suelo pélvico: A largo plazo, retener con frecuencia las ganas de ir al baño puede afectar los músculos del suelo pélvico, que son importantes para el control de la vejiga y el recto.
Es importante escuchar las señales de tu cuerpo y permitirte ir al baño cuando sientas la necesidad. Retener con frecuencia puede tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo. Si experimentas problemas persistentes con el control de la vejiga o el intestino, es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener orientación y evaluación.