A medida que envejecemos, mantener la flexibilidad y la movilidad puede volverse un desafío debido a la pérdida de masa muscular, rigidez en las articulaciones y, en algunos casos, fragilidad ósea; sin embargo, la práctica regular de actividad física puede ser una herramienta excelente para contrarrestar estos efectos. En este sentido, existe una postura de yoga ideal para mujeres de 50 años, ¿te interesa? En las siguientes líneas te cuento de cuál se trata.
¿Qué tipo de yoga mejora la flexibilidad?
La postura de la paloma es la más ideal para mujeres de 50 años, conocida por su capacidad para abrir las caderas y estirar los músculos alrededor de la pelvis, áreas que a menudo se tensan y se debilitan debido al sedentarismo y la falta de actividad física. Esta posición es particularmente útil para quienes han experimentado rigidez en las caderas o dolores de espalda, problemas comunes a medida que envejecemos.
Según la instructora de yoga Kalyani Hauswirth Jain, esta postura de yoga permite una rotación externa de las caderas y estira los flexores de la misma zona, así como los músculos abductores, lo cual es esencial para contrarrestar la rigidez en estas áreas.
Además, al estirar y fortalecer estos músculos, la postura de la paloma puede aliviar el dolor en la zona lumbar y ayudar a liberar el nervio ciático, lo cual es especialmente beneficioso para mujeres mayores que pueden experimentar molestias crónicas debido a la falta de ejercicio. Incorporar esta posición en la rutina diaria de yoga no solo mejora la flexibilidad, sino que también contribuye a un mayor equilibrio y estabilidad general en el cuerpo.
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¿Cómo puede mejorar la calidad de vida la postura de la paloma?
Integrar la posición de la paloma en la rutina de yoga puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las mujeres de 50 años en adelante. Además de los beneficios para las caderas y la pelvis, mejora la postura general, lo que puede reducir la presión sobre la columna vertebral y prevenir futuros problemas de espalda. La mejora en la elasticidad de todo el cuerpo también favorece un mejor movimiento y una mayor independencia, ya que ayuda a mantener los músculos activos y las articulaciones en buen estado.
Sumado a lo anterior, el yoga no solo mejora la movilidad física, sino que también tiene beneficios emocionales, ya que reduce el estrés y fomenta una sensación de bienestar general. La postura de la paloma, al ser una pose de apertura y relajación, puede proporcionar un respiro mental y emocional, lo que también es crucial para las mujeres de esta etapa de la vida, quienes pueden estar atravesando cambios hormonales y emocionales significativos.