Después de un momento de conexión íntima, muchos esperan gestos afectuosos como abrazos o caricias. Sin embargo, no siempre ocurre así, y el hecho de que una persona no abraza a su pareja después de la intimidad puede generar dudas o malentendidos en la relación. Este comportamiento, que para algunos podría parecer un signo de frialdad, tiene diversas explicaciones que van desde lo biológico hasta lo emocional. Comprender estas razones es esencial para fortalecer la comunicación y la conexión en pareja.
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¿Cuál es la razón por la que una persona no abraza a su pareja después de la intimidad?
Expertos explican que, en algunos casos, la razón por la cual una persona no abraza a su pareja después de la intimidad tiene una base biológica. La disforia postcoital, por ejemplo, es un fenómeno que afecta principalmente a los hombres, generando tristeza, ansiedad o irritabilidad tras el clímax. Esto se debe a la liberación de neurotransmisores durante el orgasmo, lo que puede causar un “bajón emocional”, según la sexóloga clínica Úrsula Müller.
Sin embargo, no siempre se trata de una reacción negativa. Algunas personas simplemente disfrutan de la intimidad de manera diferente, prefiriendo distanciarse para descansar o relajarse. Este comportamiento no necesariamente refleja un problema en la relación, pero puede ser interpretado de manera errónea si no se comunica claramente.
La importancia del contacto físico luego de la intimidad
Aunque para algunas parejas puede no ser prioritario, dedicarse tiempo después de la intimidad, como abrazos o caricias, fortalece los vínculos emocionales. Estudios, como uno de la Universidad de Toronto, han demostrado que las parejas que se toman un momento para el afecto posterior al sexo suelen sentirse más satisfechas en su relación.
Si sientes que necesitas mayor cercanía y tu pareja prefiere no abrazarte, es importante expresar tus necesidades de manera abierta. Proponer gestos sencillos, como tomarse de la mano o compartir unas palabras afectuosas, puede ser un punto medio para ambos.
Así, aunque una persona no abraza a su pareja después de la intimidad, hablar sobre ello puede ayudar a entender las razones detrás de este comportamiento y trabajar juntos para encontrar un equilibrio. Cultivar la conexión emocional es clave para una relación saludable y satisfactoria.
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