La pérdida del gusto y el olfato sigue siendo un síntoma destacado en pacientes afectados por COVID-19. Según estudios, más del 50% de las personas con coronavirus experimentan una pérdida significativa del olfato (53.7%) o del gusto (52.2%).
Además, la disfunción del olfato y el gusto debido a la COVID-19 afecta principalmente a personas menores de 50 años, siendo las mujeres quienes constituyen el 63% de los afectados por estos síntomas. ¿Pero cuál es la razón detrás de esta reacción?
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¿Por qué perdemos el gusto y el olfato cuando nos da COVID-19?
Para comprender por qué se pierde el olfato y el gusto durante la infección por SARS-CoV-2, es esencial analizar cómo el virus penetra en nuestras células. En este sentido, se ha identificado que el virus utiliza las proteínas de la superficie celular ACE2 (Angiotensin converting enzyme II) y TMPRSS2 (transmembrane serine protease 2) para ingresar.
En este sentido, una investigación publicada en la revista de neurología JAMA sugiere que la pérdida del olfato resulta principalmente de la respuesta inflamatoria del sistema inmunitario ante la infección por el virus, en lugar de una lesión directa del mismo. Esto destaca la complejidad de la interacción entre el SARS-CoV-2 y el sistema nervioso. ¿Pero qué pasa con el sentido del gusto?
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El sentido del gusto está intrínsecamente vinculado al olfato. Aunque estos sentidos poseen nervios distintos, una parte de nuestras papilas gustativas se activa cuando las moléculas aromáticas de los alimentos ascienden hacia la cavidad nasal. La pérdida del olfato puede, por lo tanto, llevar a una pérdida del gusto, amplificando la experiencia desafiante para los afectados.
¿Por qué no todos los pacientes experimentan estos síntomas?
Es crucial señalar que, a pesar de ser un síntoma común, la pérdida del olfato y el gusto no es universal en los pacientes con COVID-19 . Este hecho sugiere que la susceptibilidad a estos síntomas puede variar según la respuesta individual del sistema inmune y otros factores.