La sal es utilizada desde la antigüedad, específicamente en Roma, cuando su valor era tal que los soldados recibían su pago en sal. Hoy en día es un condimento que realza el sabor de los platillos y que no puede faltar en la alacena de toda cocina. No obstante, el consumo excesivo de sal es malo para la salud.
El problema es el cloruro de sodio en la sal y que es añadido a los alimentos altamente procesados, los cuales abundan en las dietas modernas. Se considera que el consumo excesivo de sal es malo para la salud porque aumenta el riesgo de padecer presión arterial alta, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares; así como, el desarrollo de cáncer de estómago y colon, enfermedad de Ménière, osteoporosis y obesidad.
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¿Cuál es la relación del consumo de sal con la presión arterial?
La relación entre el sodio y la presión arterial radica en su capacidad para regular el volumen de agua en los vasos sanguíneos, lo que provoca el incremento de la presión arterial. Sin embargo, algunas investigaciones recientes sugieren que el consumo de sal también puede alterar el microbioma intestinal; ya que, disminuye los microbios saludables y los metabolitos clave que ayudan a reducir la inflamación y mantener los vasos sanguíneos relajados.
Además de afectar la presión arterial, el sodio que tiene la sal también está vinculado con trastornos metabólicos. Las dietas altas en sodio igualmente se asocian con niveles elevados de azúcar en sangre, enfermedad del hígado graso y aumento de peso.
Por último, el consumo excesivo de sal por medio de dietas ultraprocesadas desencadena un mayor consumo de calorías y un aumento de peso debido a la capacidad del sodio para aumentar los antojos y estimular centros de recompensa en el cerebro.
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