Cuando miramos al cielo nocturno, solemos maravillarnos con la vastedad del universo y las innumerables estrellas que lo componen. Sin embargo, lo que realmente ha capturado la imaginación de la humanidad es la posibilidad de encontrar un planeta similar a la Tierra.
Hasta ahora, esta búsqueda se había centrado en exoplanetas, mundos distantes fuera de nuestro sistema solar. Pero, ¿qué pasa si uno de esos planetas similares a la Tierra estuviera más cerca de lo que imaginamos?
Descubrimientos previos y el misterioso Planeta Nueve
La exploración de exoplanetas ha llevado al descubrimiento de más de 5.000 de ellos, una hazaña impresionante desde que se identificara el primero en 1992. Pero encontrar planetas dentro de nuestro sistema solar es un desafío distinto. Recordemos cómo Neptuno fue descubierto gracias a las observaciones meticulosas y los cálculos de astrónomos como Urbain Le Verrier.
Sin embargo, en un artículo reciente publicado en The Astronomical Journal, los astrofísicos Patryk Sofia Lykawka y Takashi Ito han dado un paso audaz al plantear la posibilidad de que exista un planeta similar a la Tierra en nuestro propio vecindario cósmico. ¿Podría ser este el esquivo “Planeta Nueve”?
Un nuevo candidato en el Cinturón de Kuiper
Lykawka e Ito basaron su investigación en el estudio del movimiento de objetos en el Cinturón de Kuiper, un anillo de objetos más allá de la órbita de Neptuno. Sus simulaciones sugieren la presencia de un planeta del tamaño de la Tierra que podría explicar las órbitas peculiares de estos objetos. Este planeta hipotético tendría entre 1.5 y 3 veces la masa de la Tierra y una órbita inclinada de aproximadamente 30 grados.
Lo más sorprendente es que este “Planeta del Cinturón de Kuiper” (KBP) estaría mucho más cerca de nosotros de lo que se había especulado anteriormente, a unas 500 unidades astronómicas del Sol. Aunque KBP sería hasta tres veces más masivo que la Tierra, sus temperaturas extremadamente frías harían improbable la existencia de vida tal como la conocemos.
Es importante destacar que la existencia de KBP no se relaciona necesariamente con el hipotético “Planeta Nueve”, que algunos sugieren como mucho más masivo y lejano. Este nuevo descubrimiento abre la puerta a la posibilidad de que, en nuestro propio rincón del universo, pueda existir un mundo con similitudes sorprendentes a nuestro hogar, la Tierra.