La aparición repentina de nuevos virus que saltan de animales a humanos, como el SARS-CoV-2 que causa la COVID-19, es un recordatorio de que nuestro mundo está interconectado y que las enfermedades infecciosas pueden surgir de la nada y propagarse rápidamente por todo el mundo provocando una pandemia. La naturaleza es el hogar de millones de microbios y virus, muchos de los cuales aún no se han descubierto.
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La comunidad científica tiene un papel fundamental en la prevención y el control de estas enfermedades emergentes mediante la investigación, la vigilancia y la implementación de medidas preventivas.
En este contexto, científicos mexicanos recolectan muestras de animales en medio de la selva en busca de rastrear virus que podrían ser nuevas pandemias. Dichos esfuerzos de estos especialistas están enfocados en vigilar la zoonosis, es decir, enfermedades transmitidas de animales a humanos. Es importante mencionar que el proyecto es una iniciativa del Instituto de investigación para el desarrollo de Francia y de la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿En qué consiste la investigación?
Los veterinarios toman muestras de sangre y fluidos, buscando parásitos de todo tipo de animales que también son identificados y medidos. Antes de liberarlos los expertos verifican que estén en buen estado.
Cabe destacar que la mayoría de las transmisiones ocurre en regiones inter tropicales y se estima que entre 500 mil y 800 mil podrían afectar al ser humano. Los riesgos también aumentan con la ampliación de la frontera agrícola y el turismo, que multiplican los contactos entre animales y humanos, según los investigadores.
Así mismo, los científicos también toman muestras de sangre a los pobladores para determinar si portan algún virus de origen animal. De igual forma, el proyecto incluye consultas a las comunidades para conocer sus problemáticas ambientales y sociales, con el fin de incentivar formas de convivencia con la naturaleza.
¿Dónde se está haciendo esta investigación?
La investigación podría realizarse en cualquier zona selvática del mundo, sin embargo, se eligió hacerse en Yucatán debido a la acelerada deforestación en la selva, así como el avance de la agricultura y turismo, ya que con proyectos como el Tren Maya, se multiplican los contactos entre animales y humanos.
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