Cada vez falta menos para que se lleve a cabo una de las festividades más coloridas y emotivas de México y el mundo, nos referimos al Día de Muertos, celebración que en el 2008 fue incluida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Durante estas fechas la nostalgia invade a las familias que recuerdan con cariño y amor a sus seres queridos que partieron de este mundo y trascendieron al mundo espiritual, es por eso que colocan ofrendas en sus casas, las cuales se convierten en una especie puente para que vuelvan del Mictlán al mundo terrenal. Por eso, es importante saber cuándo debes ponerla para recibir a tus difuntos.
Durante el Día de Muertos se busca recodar y honrar la memoria de aquellas personas que ya no están físicamente presentes. Una forma de recordar a los muertos es a través de una colorida ofrenda en donde se comparte con los muertos el pan, la sal, las frutas, el agua, el vino y demás gustos de los almas.
¿Qué es la ofrenda del Día de Muertos?
La ofrenda del Día de Muertos es una mezcla entre las culturas prehispánicas de Mesoamérica y las tradiciones españolas, es por eso que se le adicionaron flores, ceras, velas y veladoras. Mientras que los indígenas le agregaron sahumerio de copal, comida y flores de cempasúchil.
La ofrenda de Día de Muertos debe contener diferentes elementos; sin embargo, algunos de ellos son esenciales y no puede faltar o se perdería el encanto espiritual que rodea a esta emotiva celebración.
¿Cuáles elementos no pueden faltar en la ofrenda?
Los siguientes elementos tienen un por qué, así que presta atención ya que no puede omitirse de la ofrenda del Día de Muertos:
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- Agua: El agua es fuente de vida y se le ofrece a las ánimas para que sacien su sed luego del largo recorrido al mundo terrenal. En algunas culturas el agua simboliza la pureza del alma.
- Sal: La sal es un elemento purificador y sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el año entrante.
- Velas y veladoras: Los antepasados utilizaban rajas de ocote. Actualmente se usan cirios, velas, veladoras o ceras. Su flama simboliza “la luz” de la esperanza. También sirve de guía para que las almas de los difuntos lleguen a sus antiguos lugares y para que iluminen su camino de regreso. En algunas culturas cada vela representa un difunto, por lo que el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que recibirá la familia. Los sirios morados son señal de duelo y si se colocan en forma de cruz, representan los cuatro puntos cardinales para que los difuntos puedan orientar su camino.
- Copal e incienso: El copal lo ofrecían los indígenas a los dioses, ya que el incienso no se conocía. Este elemento sublima la oración o alabanza y se utiliza para limpiar el lugar de los malos espíritus y que el alma de los difuntos no corra peligro.
- Flores: Son símbolo de festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima. En algunos lugares se acostumbra colocar pétalos de cempasúchil en forma de camino para guiar al difunto al campo santo o a la ofrenda.
- Petate y mantel: El petate es usado como cama, mesa o mortaja y se coloca para que las ánimas descansen. Mientras que el mantel se pone para colocar los alimentos.
- Izcuintle: El perrito izcuintle es un juguete que se coloca para que los difuntos más pequeños se sientan contentos al llegar a su casa. Este perro ayuda a las almas a cruzar el río Chiconauhuapan, el último paso para llegar al Mictlán.
- Pan: El pan representa el cuerpo de cristo en la religión cristiana y no puede faltar en la ofrenda.
- Gollete y cañas: Se relacionan con el tzompantli. Los golletes son panes en forma de rueda y se colocan en las ofrendas sostenidos por trozos de caña, mientras que los panes simbolizan los cráneos de los enemigos vencidos y las cañas las varas donde se ensartaban.
- Retrato: La fotografía es un recordatorio para el ánima, esta debe quedar escondida, de forma que solo pueda verse con un espejo, lo que da entender que al ser querido se le puede ver pero ya no existe.
- Mole: El mole es uno de los platillos que no pueden faltar, pero tampoco la barbacoa o el consomé. Su objetivo es deleitar al ánima que visita nuestro hogar.
- Calaveras de azúcar: Las medianas simbolizan a la muerte, las chicas a la Santísimas Trinidad y la grande al Padre Eterno.
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