Cuando nos enfrentamos a un molesto flujo nasal, nuestra reacción instintiva suele ser tomar un pedazo de papel higiénico para limpiar nuestra nariz. Durante mucho tiempo, esta práctica ha sido considerada una solución rápida y conveniente para aliviar la congestión nasal.
Sin embargo, los expertos en salud advierten que el uso de papel de baño para este propósito puede tener consecuencias negativas para nuestra salud.
Por tal razón, a continuación exploraremos las razones por las cuales cortar un pedazo de papel de baño no es la mejor opción y qué alternativas podemos considerar para mantener nuestra nariz limpia y saludable.
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¿Papel higiénico para limpiarte la nariz?
Según estudios realizados por la Procuraduría Federal del Consumidor y autoridades sanitarias de diversos países, este aparentemente inofensivo método puede ocasionar problemas respiratorios.
Cuando cortas el papel, se liberan diminutas partículas de polvo que son fácilmente inhaladas. Estas partículas finas pueden acumularse en el tracto respiratorio e incluso alojarse en los pulmones, sin ser expulsadas adecuadamente.
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La inhalación constante de este polvo puede desencadenar enfermedades broncopulmonares como asma, rinitis, alveolitis e, incluso, llegar a evolucionar hacia la fibrosis pulmonar.
El papel higiénico está compuesto de papel tisú, que se fabrica con fibras recicladas de celulosa de la madera. Su textura fina, ligera y absorbente contribuye a la liberación de este polvo potencialmente dañino.
¿Qué usar para limpiar tu nariz?
Si el flujo nasal es causado por una enfermedad respiratoria, lo mejor es optar por pañuelos desechables y tirarlos inmediatamente en un bote de basura. Estos pañuelos pueden estar cargados de gérmenes y mantenerlos en tu bolsillo o guardarlos para un uso posterior puede facilitar la propagación de enfermedades.
Sin embargo, si no estás lidiando con una enfermedad respiratoria, los especialistas sugieren utilizar pañuelos de tela como alternativa. Los pañuelos de tela son más amigables con el medio ambiente y pueden ser lavados y reutilizados. Asegúrate de lavarlos a una temperatura adecuada para eliminar cualquier bacteria o virus.
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